ARQUETIPO FUTBOL

Filosofía del triunfo

Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

El ansiado tricampeonato, el sueño imposible que para muchos se hizo realidad. Para otros, se transformó en una auténtica pesadilla. El americanismo vive las horas más felices de la época actual y comienza a darle color a lo que va de la década, con ese amarillo chirriante que a muchos desagrada a la vista, pero que a sus aficionados enorgullece hasta el alma. Sí, querido chiva hermano, tu pesadilla se hizo realidad, y si decides enfrascarte en la burbuja de que todo es un “robo” de Televisa, de este mal sueño jamás despertarás.

Ése fue uno de los grandes pecados que el Monterrey cometió. Compró el discurso de que las finales se ganan con el arbitraje en favor. Desde los primeros minutos de la final en Monterrey, los jugadores se desgastaban más reclamándole cada jugada al árbitro que en preocuparse en dar tres pases seguidos de manera correcta. Los dirigidos por Martín Demichelis olvidaron lo más elemental del futbol en el momento de la verdad, dejaron de dar pases correctos, los balones los recibían mal y todos los centros que mandaban eran a la grada o a la cabeza del rival.

¿Qué hizo el América por el contrario? Confiar en su filosofía, confiar en su discurso; desde que lograron clasificarse a la Liguilla, amenazaron que nadie podría ya con ellos y desde lo mental, ya iban goleando a un Monterrey que llegó al partido en el minuto 84, demasiado tarde. Hoy es muy simpático leer en redes sociales a los aficionados rayados organizarse para ir a buscar la “gallina” o el jersey de Tigres que están enterrados en el Gigante de Acero, objetos culpables por las últimas finales perdidas en dicho estadio. Si tu filosofía del éxito se basa en conspiraciones, robos y/o maldiciones fantásticas, el camino será muy agotador.

Precisamente hoy seremos testigos de un enfrentamiento de dos instituciones en las que la palabra -éxito- forma parte de su historia. Se trata del Real Madrid y el Pachuca. Hoy estos clubes competirán por la Copa Intercontinental, la cual había dejado de celebrarse por la creatividad de la FIFA y la aparición del Mundial de Clubes que, paradójicamente, ante el nuevo formato, renace este trofeo que vio coronarse a clubes históricos como el Santos de Pelé.

Pachuca, un club que con el paso del tiempo parecía no suceder nada, de un momento a otro, y de la mano de dirigentes que trazaron un camino al éxito con base en mucho trabajo y confianza, se transformó en un club exitoso. Desde su primer título en Primera División, el América cuenta con sólo uno más (8) que los Tuzos (7). Pero el Pachuca es el único que puede presumir que logró la misión casi imposible de traer un trofeo de Sudamérica con aquella Copa Sudamericana y al menos hasta que el árbitro pite el final el día de hoy, soñará con la posibilidad de ganar una Copa Intercontinental, al equipo que nació con el ADN más ambicioso del planeta: el Real Madrid.

Hoy, a las 11 de la mañana hora del Centro de México, los Niños Héroes del Pachuca buscarán en Qatar, en el estadio en donde Mbappé perdió una final del mundo, consagrar el éxito más grande en la historia de cualquier equipo mexicano y si hay un club que puede hacerlo, ésos son los Tuzos del Pachuca.

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