Después de que fuera dispersada la última caravana de migrantes para satisfacer al presidente electo Donald Trump, algunos individuos y parejas de nacionalidad extranjera atraviesan solos por zonas rurales del país.
Tres medios de noticias reportan que, en medio de la reciente ola de frío, una mujer migrante (no es claro si haitiana u hondureña) parió prácticamente a la intemperie en el poblado de Etzingueo, en la meseta purépecha. A pesar de las bajas temperaturas recientes, con las corrientes de aire apenas atenuadas con pacas de paja que el marido colocó a su alrededor dentro de un troje o granero, el parto se realizó sin auxilio médico y en condiciones insalubres. Según reporteros de las cadenas internacionales Al Jazeera, National Geographic y NHK, que se encontraban en el lugar por otros motivos, el niño permaneció sus primeras horas posado sobre un comedero de vacas, antes de que la familia volviera a emprender el camino. “Vinimos a filmar un documental sobre una supuesta estrella filante, pero ayudamos en lo que pudimos a estos migrantes”, declaró Honoka Sato de NHK. “Les dimos algo de cash, agua oxigenada y una muestra de perfume francés del duty free del aeropuerto”, dijo.
Al parecer, a la familia se le había negado cuarto de hotel en las ciudades cercanas, dada la creciente presión que existe sobre líneas de autobuses y hoteleros acusados de tráfico de personas, en especial desde las recientes reformas constitucionales, que permiten a las fuerzas de seguridad investigar directamente los delitos.
Esa misma semana, el gobernador clausuró el encuentro “Valores cristianos y responsabilidad social corporativa”, en el que participaron empresarios, políticos y líderes religiosos. Uno de los conferencistas, presidente de la Asociación de Empresarios Católicos, afirmó que la responsabilidad empresarial consiste en dotar de empleos a nuestro país, no en practicar actos de caridad. Por su parte, Marcos Corto, líder demócrata cristiano, expresó que los programas sociales del Gobierno son placebos y paliativos que no son sostenibles: “Son ayudas adormecedoras y clientelares que mantienen a las personas en la pobreza, porque no las enseñan a pescar”, dijo. En la sesión de preguntas y respuestas, Corto fue cuestionado por un reportero que recordó que las ayudas a los adultos mayores benefician a 12 millones de personas y cuestan apenas 1.4% del PIB, mientras que el pago de pensiones contributivas favorece a sólo 6 millones de personas, pero se llevan 4.6% del PIB. “Algunas de estas pensiones contributivas son de carácter millonario, otorgadas a exfuncionarios y ex líderes petroleros y electricistas, que no contribuyeron realmente en la proporción en que se ven beneficiados”.
Pero el eco de esta discusión no se escuchó en el albergue para migrantes, administrado por las Hermanas Josefinas, adonde llegó la madre de cabello rizado y gruesos labios de nuestra historia, con su hijo aun temblando.
Este cuento de Navidad no ocurrió exactamente así, pero el contraste entre unos cristianos y otros (entre quienes cierran sus puertas y quienes abren su albergue) es demasiado real para ignorarse.