LAS CLAVES

Desilusión

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

“He vivido entre desilusiones”, decía mi tío Faustino Baró con una copa de ron en la mano. “Innúmeras las ilusiones rotas de mi vida”, confiesa en sus memorias el poeta José Ángel Buesa. Desilusión proviene del prefijo des (inversión de la acción) y de ilusión, que viene del latín illusio que significa engaño. “Desengañado estoy /bajo el manto de tus ojos”, reza una canción del trovador Carlos Gómez. ¿El lienzo de la mirada de la amada se hace cómplice de la decepción? Pero, según el Diccionario ideológico de la lengua española, de Julio Casares, la desilusión se diferencia de la decepción. Ilusión(fantasía); decepción (rotura de una certeza).

Jorge Luis Borges en “1964” (del libro El Otro, el mismo) suscribe “Ya no es mágico el mundo. Te han dejado. / Ya no compartirás la clara luna / ni los lentos jardines. Ya no hay una /luna que no sea espejo del pasado, / cristal de soledad, sol de agonías”: vaya desilusión. El poeta argentino concluye “Ya no seré feliz. Tal vez no importa [...]. / Sólo me queda el goce de estar triste, / esa vana costumbre que me inclina / al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina”. ¿El desconsuelo arropa las derivaciones de la contrariedad? A veces destella el crepúsculo; otras veces, lo que es oscuridad se ilumina como un relámpago.

¿Por qué quiero hablar del sentido del desencanto? Confieso que cada mañana su abrazo alimentaba la posibilidad del resto del día. Se quedaba el murmullo de su respiración en la torpeza de mis manos. Esos instantes frente a ella sospesaban la brevedad de la vida y la largueza de la humedad del minuto junto a ella. Había una dicha que todavía late y no ha sido borrada, había un lóbrego prodigio que retumba ahora en la evocación. Necio soy, vuelvo a las inexactas etimologías: “Se denomina desilusión al acto y la consecuencia de desilusionarse o de desilusionar (pérdida de las esperanzas y los anhelos)”. Sí, mis expectaciones estaban en sus labios; mis afanes, en los besos posibles.

Un artículo que tomo del Diccionario de ideas afines, de Fernando Corripio, subraya lo que dicen otros estudiosos de los orígenes y descendencias del término. “Desilusión: desengaño, decepción, impresión que se experimenta cuando alguna cosa no responde a las expectativas que se habían creado. Pérdida o carencia de la ilusión”. Éramos cómplices en los acasos. Éramos dos compartiendo los cristales y las agonías de la soledad. Todavía, nada de esos latidos se ha convertido en ceniza de nuestra memoria. Nada ha manchado el secreto del mármol ni el júbilo del madrigal que le entregaba cada día.

“Y ya que llegaste a mi vida / no te atrevas a marcharte /porque entonces yo / sería capaz de dejarte / sobre la tierra tendida”, murmura un desconsolado bolero de Benny Moré. “La eternidad está en las cosas / del tiempo, que son cosas de formas presurosas” (Borges). ¿Volver a esos instantes? ¿Decirle que vuelva a cerrar los ojos y que mi voz se convierta en una seña perdurable de luz para que la resurrección borre las agonías y se deshilen las máscaras que intentan borrar los silbos de la medianía del amor? Me atreví a regresar, una canción de Pablo Milanés se interpuso: “Hoy la vi / y tenía un rostro ajeno al que yo amaba”: desilusión.

Oasis

Portada del libro "Oasis"
Portada del libro "Oasis" ı Foto: Imagen: Especial
  • Autor: José Ángel Buesa
  • Género: Poesía
  • Editorial: Betania