Las inversiones directas, de las que dependen producción, empleo, ingreso y bienestar, se dan si los empresarios están dispuestos a sacrificar consumo presente a cambio de mayor y/o mejor consumo en el futuro, producto de sus ganancias, producto de sus inversiones directas. Lo explica el principio de la preferencia temporal: se prefiere X hoy a X mañana, de tal manera que, para renunciar a X hoy, mañana tendrá que obtenerse X más Y, siendo Y la ganancia. Para que los empresarios renuncien a X hoy deben tener la seguridad de que mañana obtendrán X más Y.
Los empresarios pueden destinar recursos, o a la satisfacción de necesidades presentes (compra de bienes y servicios para consumir), o a la producción de bienes y servicios (compra de bienes y servicios para producir). Según el principio de la preferencia temporal, los empresarios estarán dispuestos a renunciar a la satisfacción de necesidades presentes a cambio de una mayor y/o mejor satisfacción de necesidades futuras, para lo cual sus inversiones directas deberán generarles utilidades, para lo cual los consumidores deberán estar dispuestos a pagar un precio mayor al costo de producción, prueba de que los empresarios acertaron al decidir qué producir y cómo producirlo.
Para que se den inversiones directas, y todo lo que depende de ellas (producción de satisfactores, crecimiento de la economía, creación de empleos, generación de ingresos, bienestar), los empresarios deben estar dispuestos a sacrificar consumo presente a favor de mayor y/o mejor consumo en el futuro, para lo cual, más allá de las habilidades empresariales involucradas, deben tener la seguridad jurídica de que, de generar utilidades, las obtendrán: que no se gravarán con impuestos, que no habrá expropiaciones de medios de producción, que no habrá regulaciones que encarezcan la producción.
Van por carretera que atraviesa la Tierra Caliente
El principio de la preferencia temporal, a partir del cual puede armarse la historia conjetural de la humanidad (véase, de Hans - Hermann Hoppe, Economía, Sociedad & Historia, Editorial Innisfree), explica por qué, a mayor preferencia temporal de los empresarios (mayor disposición al consumo presente que al futuro), el resultado será menos inversiones directas, menos producción de bienes y servicios, menos crecimiento de la economía, menos creación de empleos, menos generación de ingresos, menos bienestar, lo cual perjudica no sólo a los empresarios (de hecho son los menos perjudicados), sino también a trabajadores y consumidores.
¿Cuál puede ser una de las causas de que la preferencia temporal de los empresarios sea elevada, de que prefieran destinar sus recursos a la satisfacción de necesidades presentes (confianza en el hoy), y no a la producción de bienes y servicios (confianza en el mañana)? Que sus derechos, a la libertad individual para producir y a la propiedad privada sobre los medios de producción, no estén plenamente reconocidos, puntualmente definidos y jurídicamente garantizados. Que no haya Estado de derecho. Que exista la posibilidad de cambios arbitrarios a las normas jurídicas, posibilidad que con la 4T y la supremacía constitucional es elevada, lo que eleva la preferencia temporal de los empresarios: desconfían del futuro, veneno puro para el crecimiento de la economía (producción, empleo, ingreso, bienestar).