Al despedir 2024, miramos caer mitos culturales, el más importante por su trascendencia: aquel que apenas hace un año decía que México no estaba preparado para una presidenta.
Otra creencia colectiva, aunque no mayoritaria, cayó: que después de López Obrador, Morena no podía arrasar en las elecciones de junio. El plan C del expresidente se cumplió contra los análisis a los que les sobraban razones para hacernos creer que, si ya de plano Palacio Nacional estaba difícil de conquistar, los ciudadanos harían, con sus votos, el contrapeso necesario para evitar que el Congreso se pintara de guinda.
El triunfo de Claudia Sheinbaum marca la historia del país. A las y los mexicanos nos borró la duda que por sí sola ofendía a la mitad de la población: es tiempo de mujeres en el poder, lo mismo en la política que en la empresa, la cultura y el deporte.
La guerra de los 80 años
El ascenso en el interés y la asistencia a los estadios para disfrutar del futbol femenil a nivel profesional impulsan la expansión de escuelas y equipos para que niñas y jóvenes hagan suyo ese deporte históricamente asociado a varones.
Y a nivel federativo, el balompié nacional cerró el año con una enésima crisis de liderazgo. Tras la renuncia de Juan Carlos La Bomba Rodríguez, el camino del seleccionado varonil rumbo a la Copa Mundial FIFA 2026 pasa de nuevo por la incertidumbre política. La grilla entre los dueños de la Liga MX nos recuerda que, antes que popular, el espectáculo es negocio.
Y de vuelta a la gobernanza de la nación, el año que despedimos se va con cifras históricas de violencia, cifra récord en asesinatos y, sobre todo, la insolencia criminal que no atiende buenas intenciones, como jamás hizo caso de la prédica de los abrazos.
Los agradecimientos públicos al líder del Cártel Jalisco Nueva Generación y sus hijos, por parte de la autoridad municipal de Coalcomán, Michoacán, son botón de muestra de lo que sucede en demasiados sitios de México, donde el crimen organizado suple con plata o plomo la ascendencia institucional que debería, según la Constitución, imperar.
Para el año que nace, los retos económicos vendrán de fuera y de adentro. El amago de gasolinazo vacacional es un aviso de esos huecos por los cuales juegan actores empresariales que van a la suya.
Por eso, la Presidenta instruye a la Secretaría de Economía a revisar el tema para apagar esa intentona de incremento fuera de proporción.
Recordemos que, desde hace más de diez años, los precios de los combustibles no están controlados; sólo se modulan desde Hacienda con más o menos impuestos.
El fantasma de la reforma fiscal o de movimientos en el gabinete va y viene mientras se resuelve el financiamiento de los programas sociales propios y heredados.
En vía de mientras, que 2025 sea un año bueno con ustedes, amables lectores.