El 2025 comienza con tres desafíos cruciales: la amenaza de deportaciones masivas de Estados Unidos hacia México, la persistente inestabilidad en Medio Oriente y la necesidad de establecer una brújula moral que fomente la convivencia pacífica. Reflexionemos sobre cada uno de ellos.
El primer reto es la amenaza de deportaciones masivas promovidas por la administración Trump, que ha movilizado al Gobierno mexicano a actuar de manera preventiva. Como respuesta, el próximo 6 de enero se implementará un botón digital de alerta, una idea innovadora que busca garantizar el respeto al marco jurídico de los migrantes mexicanos. Este botón permitirá a los migrantes notificar, en tiempo real, a los consulados, amigos y familiares previamente registrados sobre su ubicación y situación jurídica. De este modo, será posible reaccionar de forma oportuna ante cualquier eventualidad.
La iniciativa del canciller Juan Ramón de la Fuente destaca por su anticipación, inmediatez y su enfoque en la comunidad. Este esfuerzo envía un mensaje claro: ningún migrante debe enfrentarse solo al asedio de las autoridades de deportación. Consulados, familiares y organizaciones de la sociedad civil —iglesias, universidades y ONG— estarán pendientes de proteger sus derechos humanos. Como nación, tenemos una deuda con estos migrantes; al no ofrecerles oportunidades de vida en su propio país, los empujamos a buscar un futuro en otras tierras. Ahora, lo menos que podemos hacer es velar por su dignidad y derechos en este difícil contexto.
El segundo reto es la búsqueda de paz en Medio Oriente, una región que en los últimos meses ha experimentado un reajuste significativo en las dinámicas de poder. Actualmente, Benjamin Netanyahu enfrenta la llamada “guerra de los siete frentes” y, contra todas las expectativas, ha logrado avances. Los frentes incluyen Gaza, Líbano, Irán, Yemen, Cisjordania, Israel y las comunidades judías en el mundo.
El eje liderado por Irán, con sus aliados en Cisjordania (Yihad Islámica Palestina), Yemen (hutíes), Líbano (Hezbolá) y Palestina (Hamas), se enfrenta a la determinación inquebrantable de Israel, apodado “el león de Medio Oriente”. Este conflicto está redefiniendo las relaciones de poder y las estrategias militares en la región, incluyendo la presencia rusa en Siria. Sin embargo, todo esfuerzo militar será vano mientras los rehenes restantes —de los más de 100 capturados por Hamas— no sean liberados. Alcanzar la paz en la zona es imperativo, porque, como he señalado en otras ocasiones, con la guerra todos perdemos.
Finalmente, 2025 exige que revisemos nuestra brújula moral para guiar las decisiones políticas y colectivas. Es momento de trascender los insultos simplistas, como acusar a Netanyahu de genocida —una táctica retórica que incluso Hitler empleó contra Churchill—, y centrarnos en análisis fundamentados que promuevan soluciones reales. Sólo con prevención y esfuerzos conjuntos podremos afrontar los retos autoritarios que, sin duda, seguirán emergiendo.