Ali Abassi es un director de cine iraní nacionalizado danés, según su biografía estudió en la Universidad Politécnica de Teherán y en la Real Academia de las Ciencias de Suecia, en Estocolmo donde se graduó en artes, ingresó a la Escuela Nacional de Cine de Dinamarca, obteniendo su título en 2011 con el cortometraje M for Markus.
Debutó en el cine con su largometraje Shelley presentado en la Berlinale 2016, en 2018 presentó su película Border, en 2022 ofreció su tercer largometraje Holy Spider y en este 2024 dirigió la obra titulada El Aprendiz en la que narra la formación de quien es hoy el presidente de Estados Unidos de América, Donald J. Trump. La película se basa en hechos reales, pero advierte que algunas escenas han sido modificadas o adaptadas para aportar dramatismo a la historia; sin embargo, según comentarios de personas allegadas al presidente electo la historia es completamente fiel a lo que realmente sucedió.
Esta historia nos narra cómo Roy Cohn, quien fue el mentor de Trump, lo introdujo no en el ambiente de los millonarios de Nueva York, sino a cómo sobrevivir y diferenciarse en el despiadado mundo de los negocios e inculcarle un fuerte nacionalismo que a la postre terminaría por forjar su carácter hostil y agresivo, el cual le sirvió para formar su carrera y catapultarlo a la presidencia en los dos mandatos para los cuales ha sido electo.
Para aprender un poco del comportamiento y el carácter de Trump es necesario entender las tres reglas que el polémico abogado y consejero Roy Cohn le inculcó al hoy próximo presidente: “Ataca, ataca, ataca. No admitas nada y niega todo. No importa lo que suceda, reclama la victoria y nunca aceptes la derrota”.
¿Por qué es importante entender estas tres reglas con las que opera Trump? Porque en esto se basa su juego político, la forma en la que se desempeñó desde su primer mandato, hasta la forma en la que va marcando el inicio del segundo periodo que de no haber ningún contratiempo se estaría llevando a cabo el próximo lunes 20 de enero.
En un mensaje en su propia red social, el presidente Trump atacó a Groenlandia, a Panamá, a China y volvió a trolear y burlarse de Canadá; sin embargo, dejó de lado a México, y esto obedece a que si bien la Presidenta Claudia Sheinbaum ha sido firme en su defensa de la soberanía y el respeto a México, obedece más a que hay algo que no se ve, pero que es evidente: un gran acuerdo binacional que busca acabar con la errática estrategia de seguridad de la era obradorista. Trump no desea incendiar el mundo y mucho menos el continente, lo que en realidad desea es pasar a la historia como el hombre más importante de las últimas décadas. Trump no es en sí un político de carrera, es un hombre de negocios agresivo, el cual encontró la forma para imprimir el sello de su apellido en todo el mundo, esto es realmente su misión y su obsesión, si no me lo cree, tan sólo vea como todo lleva su nombre: Trump Tower, Trump Model Management, Trump Home, Donald J. Trump Signature Collection, Succes by Trump, y una larga lista de etcéteras, Donald quiere trascender porque su ego lo obliga a hacerlo.
En conclusión, ¿a qué temer y a qué no, con Trump gobernando? La inmigración en el vecino país es ya un problema de seguridad nacional, no sólo se trata de personas que no tienen un estatus migratorio legal, se trata de mucha gente no identificada cometiendo delitos de alto impacto, traficando con personas, con drogas y creando pandillas, todos éstos se refugian bajo el amparo de organizaciones de derechos humanos que insisten en defender migrantes, las cuales no pueden hacer distinción entre buenos y malos, y es precisamente este tema el que le pone los pelos de punta al norteamericano común que ve cómo sus comunidades son cada vez más inseguras; por lo tanto, sí esperemos deportaciones masivas, sí esperemos una crisis humanitaria sin precedentes, sí esperemos que por lo menos los estados fronterizos estén inundados de migrantes de diversas nacionalidades, lo que gracias al endeble heredado aparato de seguridad del país resultará en un problema que en unos años —de no actuar bien— agravará la inseguridad en México. Lo de invadir territorio nacional y otras cuantas bravuconerías son sólo parte del discurso con el que Trump alimenta a sus huestes, aunque todos se pongan nerviosos, es parte del juego agresivo que bien aprendió Trump.
Hasta el día de hoy la Presidenta Sheinbaum ha actuado de manera correcta, se ha defendido bien y no ha permitido que el bully norteamericano juegue con ella, de seguir así a México le esperan grandes beneficios, sólo esperemos que no ceda al discurso de los duros de Morena quienes insisten en librar una pelea desigual y que apuestan a que se equivoque, una por machistas, y dos porque no aceptan que AMLO ya se fue.
Trump está siguiendo al pie de la letra el consejo de quien lo formó: “Juega con el hombre, no con la pelota”, si entendemos eso, entenderemos todo.
Reenviado
“Donald sigue las lecciones de manera obediente. Cohn lo lleva a los límites de la ética y más allá, enseñándole no sólo a confrontar y manipular a los adversarios, sino también a explotar sus debilidades, en ocasiones de forma amenazante, como cuando usa fotos comprometedoras de un funcionario para obtener beneficios en sus litigios. Al parecer, los consejos de Cohn han dado sus propios frutos podridos.”
- André Didyme-Döme
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