JUSTA MEDIANÍA

Esperanzador anuncio

David E. León Romero
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
David E. León Romero *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

La Presidenta de México domina los temas energéticos y medioambientales, su perfil y trayectoria lo demuestran. El pasado fin de semana, anunció que se dará a la tarea de convertir a Tula, importante ciudad hidalguense, en la más limpia y de mejor calidad de vida de nuestro país.

El anuncio resulta ambicioso, pero especialmente esperanzador para los pobladores de sus comunidades y para todos aquellos que nos encontramos comprometidos con el desarrollo sustentable y regenerativo. La declaración tiene un peso muy relevante. En primer lugar, nos deja ver el conocimiento y sensibilidad de la Presidenta, además de demostrar su compromiso con una prioridad que los mandatarios suelen utilizar solamente como una imagen, mas no como un compromiso de fondo.

La contaminación no reconoce fronteras. Tula se ha visto afectada por la contaminación que le llega de otras regiones. En el año 2006 recibió el muy poco honroso nombramiento por parte de la Organización de las Naciones Unidas, como la ciudad más contaminada del mundo, siendo parte de los elementos que le otorgaron valor para alcanzar tal etiqueta, el gran volumen de aguas negras que recibe proveniente del área metropolitana de la Ciudad de México, y otro, las emisiones generadas por la Central Termoeléctrica Francisco Pérez Ríos propiedad de la Comisión Federal de Electricidad; ambas ponen en riesgo de manera muy importante la salud de las comunidades aledañas, incluyendo a la propia Ciudad de México, que se encuentra a más de 90 kilómetros de la planta termoeléctrica, afectando de manera importante su —de por sí ya deteriorada— calidad del aire.

La violación de normas ambientales ha sido una constante, que se refleja en el deterioro ambiental de la región y en la vida de sus habitantes.

Entre las medidas anunciadas por la Presidenta de México para alcanzar el objetivo, se encuentra la conversión de la termoeléctrica para sustituir el combustóleo que utiliza, por gas natural, lo que significará una disminución considerable en las emisiones de contaminantes. Además, anunció el saneamiento de las aguas del río Tula y de los escurrimientos que lo alimentan. La Presidenta anunció también una serie de iniciativas buscando mejorar la economía de la región, a través del desarrollo sustentable.

Como todos los objetivos realmente significativos, el de convertir a Tula en una ciudad limpia y que ofrezca una buena calidad de vida a sus habitantes, será necesaria la suma de pequeños esfuerzos, encabezados por diferentes sectores e instituciones que los integran, mediante enfoques transversales compartidos por todas las secretarías e instituciones de los tres niveles de gobierno.

En efecto, todos tenemos una deuda histórica con Tula y sus habitantes, que sufren día día en carne propia las consecuencias del deterioro ambiental regional. Sin embargo, el momento actual es diametralmente distinto, centralmente porque quien se encuentra a la cabeza es una mujer sensible, especializada y profesional, que sabe lo que hace y de lo que habla. Enhorabuena por Tula, y por sus habitantes.

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