DESDE LAS CLOACAS

Regalo de Reyes

El Duende
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
El Duende *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Me cuentan que los tres Reyes Magos llegaron a Palacio Nacional con obsequios para la nueva administración federal.

Baltasar trajo la cruda realidad de la violencia que se vive en el país. A los más de cien días de guerra entre los cárteles de los Chapitos y la Mayiza, en Sinaloa, se suman también los focos rojos en Guanajuato con asesinatos diarios relacionados con grupos armados que operan en la entidad.

Por si fuera poco, arriba de su elefante Baltasar puso debajo del arbolito de Palacio los recientes hechos de violencia en Villahermosa, Tabasco, el antiguo edén y “agua” de un famoso expresidente, donde un solo ataque armado dejó como saldo cinco personas muertas y otras tantas heridas.

Macuspana, Paraíso, Centro y Cárdenas, son municipios que han resentido la violencia en los primeros días del año.

A lomo de su camello, Melchor trajo la mala noticia de que la reforma judicial es un bodrio que será muy pero muy difícil componer y que si bien quienes se juegan el prestigio son las y los integrantes del INE –ya que tendrán que organizar una elección sin lana ni tiempo– el fracaso en las urnas también le pegará al Gobierno federal en mayor o menor medida.

En los próximos días habrá una reunión en Palacio con los encargados de organizar la elección y ahí le explicarán porqué cuesta tanto y porqué los partidos no pueden promover la elección, entre otras cosas porque así lo aprobó su propio instituto político.

Desde luego que se defenderá que así son las cosas ahora y así se deben de hacer, no sin antes recibir el aviso de que sobre advertencia no hay engaño y la elección terminará en un verdadero fiasco, con el sello 4T. Que mis palabras lo acompañen.

En su caballo y a todo galope, Gaspar no será más benevolente que sus dos compañeros, pues trajo nada más y nada menos que el reto mayúsculo de tratar con el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ocupará la oficina Oval de la Casa Blanca a partir del 20 de enero. ¡Oh la lá!

La abuela Dondinéa siempre decía: “No es lo mismo ser borracho que cantinero”, así que una vez que Trump despache en la Casa Blanca desde acá se tendrán que hacer malabares diplomáticos y ver qué tanto ceden a las presiones del hombre que amenaza con expulsiones masivas de migrantes, a quienes se les marginó de la elección judicial, muros fronterizos e intervenciones armadas en suelo nacional para erradicar a los grupos del crimen organizado.

Ahora y sin llamadas de por medio, veremos qué está dispuesto a hacer el nuevo Gobierno para controlar a la fiera. A ver si no seguimos saboreándonos la enchilada completa. Al tiempo.

En el baúl. Desde este espacio deseamos que a usted, querido lector, el 2025 le traiga salud y prosperidad. Lejos de los sinsabores de la política mexicana, pero sobre todo pese a las y los mismos políticos de siempre, queremos que le vaya bien y tenga un año maravilloso. Le agradezco el tiempo dedicado cada lunes a leer y compartir esta columna, así como sus comentarios. Abrace a los suyos, cuídese mucho y sea feliz. De corazón, un abrazo.

Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresarééé!!!

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