LA UTORA

Ando cumpleañera

Julia Santibáñez
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Julia Santibáñez *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Mientras aún está sobre la mesa la envoltura del 2025, yo estreno un ciclo personal. Celebro como si fuera el último. Podría serlo: ya tengo cuatro años más que mi hermano mayor, muerto hace seis.

La literatura me regala palabras que siento en cada rótula. Así que hoy digo con frases ajenas alguna certidumbre, disfrutes, punzadas, un protesto. Las subrayé durante 2024 y explican dónde estoy parada.

•“Siente que, mientras escriba, estarán a salvo” (Gabriela Cabezón Cámara, Las niñas del naranjel). La poesía mantiene íntegras y vitales a las varias que soy. Por eso defiendo a colmilladas el derecho a intentarla.

•“Tienes, niña del sol, / el poder de lo nuevo. [...] Me asomo en el estanque de tus ojos. / Tu mirada me sostiene, / me culpa y me perdona” (Carmen Villoro, Zurcido invisible). La adolescenta. Ella sigue siendo la noticia aterciopelada de cada año mío.

•“Hay que demostrar a los hombres que expresar la potencia a través de la violencia es una señal de debilidad” (Rita Segato, El Salto, entrevista sobre La guerra contra las mujeres). El machismo, desde los llamados “micro” hasta el feminicidio, expresa un combate que no tiene motivaciones sexuales, sino de poder. Descubro ángulos elocuentes al verlo bajo esa luz.

•“El amor es la indefensión máxima” (Ariana Harwicz, Perder el juicio). ¿Algo supera esta decisión de exhibir la vulnerabilidad más combustible?

•“[...] es difícil cierta clase de belleza, dar con ella, estar despiertos cuando cruza por delante de nosotros, no para atraparla, sino para quedarnos a vivir en la estela que deja” (Claudia Masin, La materia sensible). Estoy obsesionada con aquello que a ratos vibra en un libro, un Cézanne, una orquídea, un tango. Busco habitar su eco.

•“[...] Y a mí todo esto, / su búsqueda por ser alguien a partir de su cuerpo, / me parece bien” (César Cañedo, Sigo escondiéndome detrás de mis ojos). No tengo un cuerpo, soy un cuerpo. Gasté años en asumirlo y desde entonces lo procuro en la netez.

•“Sobramos. / Aquí o no importa dónde: / en alguna parte sobramos” (Roberto Juarroz, Tercera poesía vertical). Muchas veces estoy de más, pero tengo la fortuna de una tribu que me abraza y entonces no estorbo. Ando ancha.

•“Los momentos más angustiosos [son] los de estar tirada pensando que eras un pedazo de carne, sola como un perro. Miedo, angustia, soledad, desamparo” (Leila Guerriero, La llamada). He estado ahí, aunque en un contexto muy diferente al del libro. No muchas veces, las bastantes. Recuerdo el frío.

•“Para escribir, dijo Kafka, nunca se puede estar lo bastante solo. Pero la gente a la que se ama no suele comprender la necesidad de soledad, de darles la espalda [...] este asunto es especialmente agudo si quien escribe es una mujer. No te enfades, no tengas celos. Nada puedo hacer. Sabes, ella escribe” (Susan Sontag, Cuestión de énfasis). Y sí, escribo.