Tras 100 días de mandato, el sello personal de la presidenta Claudia Sheinbaum comienza a permear con fuerza y —me comentan en Palacio Nacional— en breve la figura de la jefa del Estado Mexicano avasallará a sectores duros, dentro y fuera de su movimiento, en medio de una agenda que habrá de definir el rumbo del país para el resto de su mandato.
Y sí, han pasado 100 días y Sheinbaum ha logrado aprobar un paquete de reformas, asistido a cumbres internacionales, disminuido en cerca de 16% los homicidios dolosos —según cifras de su administración—, echado a andar una nueva estrategia de seguridad que deja atrás la política de “abrazos y no balazos” y apostado por la ciencia, la tecnología y la innovación.
Si bien el liderazgo de la Presidenta ha pesado tanto como para controlar a sus coordinadores parlamentarios Adán Augusto López y Ricardo Monreal —que, a finales del año pasado estuvieron a punto de detonar una guerra civil en Morena—, hay gobernadores y gobernadoras que mantienen lealtad ciega a López Obrador y eso no gusta a muchos en la casa presidencial.
Este tema entrará a la agenda que la jefa del Estado Mexicano tendrá sobre su escritorio durante los próximos meses y que pasa por otros tres asuntos que podrían meter tensión: una eventual reforma hacendaria de gran calado a fin de solventar el costo de programas sociales, la implementación total de IMSS-Bienestar y la estrategia de seguridad.
Nos dicen además que el trabajo que desarrolla la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, es de tejido fino en busca de desactivar conflictos, incluso con mandatarios de Morena, que pudieran convertirse en freno al proyecto de la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación, que no es más que la consolidación del cambio de régimen en el país.
De acuerdo con colaboradores del gobierno, consultados por este columnista, la relación con la oposición se mantendrá a través de un diálogo intenso en el Congreso de la Unión, pero dejando claro que la mayoría es y será, al menos durante los próximos tres años, del partido de la Presidenta y sus aliados.
Pero el reto inmediato que habría de atender la Presidenta será la relación con Estados Unidos tras el inicio del nuevo mandato de Donald Trump el próximo 20 de enero.
Este tema será el más espinoso para 2025 y habrán de ser ocupados todos los oficios políticos y diplomáticos del equipo de la mandataria para defender ante Trump los intereses de México en la Unión Americana, principalmente la protección de más de 35 millones de mexicanos de primera, segunda y tercera generación.
Y con el ascenso de Trump viene de la mano la renegociación del Tratado de Libre Comercio (TMEC), el cual simplemente es el instrumento comercial más importante que tiene México en el mundo, vaya, ni juntando todos los acuerdos comerciales con que cuenta nuestro país se podría igualar su importancia para el desarrollo nacional.
Amarrado a los temas Trump y TMEC hay un asunto que ocupara de mucha habilidad para enfrentarlo sin tocar fibras que pudieran llevar al país a un escenario de incongruencia: las olas migratorias que vienen del sur y que toparan con una frontera México-Estados Unidos blindada por ambos países.
En Palacio Nacional han decidió fortalecer un sello personal de la presidenta Claudia Sheinbaum para su gobierno; uno que refleje de manera clara que si bien la mandataria forma parte de un movimiento político y social que creó y encabezó Andrés Manuel López Obrador, hoy ella es quien lo encabeza y dirige. La Presidenta tiene agenda.
RADAR
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