QUEBRADERO

Se acerca el vendaval

Javier Solórzano Zinser
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Javier Solórzano Zinser *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: Imagen: La Razón de México

Con la incertidumbre de por medio con la llegada de Donald Trump, lo más importante va a ser identificar las condiciones en las que se encuentre internamente el país y la forma en que se le responda.

No tiene sentido engancharse con el próximo presidente de EU. Su estrategia parte de la provocación y por más que se la pase lanzando pullas lo mejor es concentrarse en lo importante y, de preferencia, no apelar a un nacionalismo que podrá resultar relativamente positivo en lo interior, pero que ante Trump es, para decir lo menos, inofensivo.

Lo que es importante por ahora es tener claridad de nuestras debilidades. No se puede partir de que el problema de la inseguridad de México es un asunto estrictamente de nuestra responsabilidad. Una parte de lo que sucede tiene que ver con la relación bilateral, lo que hay que explicar todas las veces que sea necesario al interior de EU.

Bajo la prepotencia con la que actúa Trump es necesario identificar su estrategia para buscar la forma en la que la comunidad internacional esté clara de que muchos de nuestros problemas pasan por la relación bilateral en que EU tiene corresponsabilidades.

Nuestras debilidades y problemas tienen que ver en buena medida con la gobernabilidad que hemos tenido a lo largo de muchos años. En esto no está exento ni el actual gobierno ni el anterior. Los temas de seguridad pudieron entrar en una dinámica distinta si se hubiera diseñado una estrategia que fuera más allá de un concepto que resultaba entre ingenuo y poco efectivo: abrazos, no balazos.

El fenómeno migratorio es otro tema que hay que explicar una y otra vez al interior de EU. La gran cantidad de trabajadores que son sistemáticamente contratados son parte importante en el desarrollo de la economía estadounidense. Cuando Trump tome la decisión de expulsarlos, muy probablemente las protestas más significativas, más allá de las que vendrán de México y otras naciones, serán de parte de muchos empleadores de la propia Unión Americana.

Muchos de los problemas bilaterales pasan por responsabilidades compartidas. Trump no las quiere ver aunque sepa que existen. Lo que le importa es provocar y tratar de debilitar a quien tiene enfrente, queda cada vez más claro lo que ha tratado con cierto éxito de hacer con Canadá y lo que quiere empezar a hacer con México.

Si bien Claudia Sheinbaum va a tener poca capacidad de maniobra ante el vendaval que se nos viene, tiene a la mano toda una serie de elementos políticos que puede utilizar. No puede descartar la importancia de la comunidad internacional, más allá de su menosprecio por los organismos internacionales.

Pero lo más importante se encuentra en el interior del país. En su discurso del domingo pudo ser más enfática y resolutiva en buscar el apoyo de todas las fuerzas sociales y políticas. No sólo se trata de que la acompañen con quienes tiene empatía y que de plano haga un lado a quienes, siendo oposición en cualquiera de los sentidos, puedan jugar un papel importante para la cohesión social tan necesaria ante los escenarios inéditos que ya están entre nosotros.

La Presidenta va a tener que hacer algunas cosas que presumimos no quiere hacer, entre otras cohesionar al país para enfrentar las políticas de Donald Trump. El futuro presidente va a tener en sus primeros días una capacidad de maniobra cercana a lo ilimitado.

Lo más importante en el primer momento son los migrantes. Cualquier pretexto en su pasado será motivo de expulsión; esperemos que las reuniones con el gabinete y los consulados estén ya en focos rojos.

De que viene el vendaval no hay duda, la clave será que nos agarre cohesionados, ojalá así lo entienda la Presidenta.

RESQUICIOS.

Se le viene al INE una tarea titánica con las elecciones del Poder Judicial. En el instituto están en una suerte de inmersión para entender y desarrollar el proceso. Lo que no se va a valer es que al final le avienten todas las culpas si no sale bien el champurrado de las elecciones.

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