En unas horas, el día de hoy, se va a llevar a cabo la segunda audiencia de Ismael El Mayo Zambada, en la corte federal de Brooklyn, Nueva York, frente al juez Brian Cogan, el mismo que en 2019 sentenció a cadena perpetua a Joaquín El Chapo Guzmán.
El Mayo, líder del Cártel de Sinaloa, es acusado de 17 delitos, entre ellos, tráfico de droga, narcotráfico a gran escala, conspiración para cometer homicidios y dirección de una organización criminal.
Su defensa busca la extradición a México, algo que difícilmente puede ocurrir a corto plazo. La audiencia tardó tiempo en realizarse debido a que Ismael Zambada estaba negociando con las autoridades estadounidenses, muy probablemente, un acuerdo de colaboración a cambio de la reducción en su condena y condiciones de encarcelamiento menos duras para el capo.
Las autoridades estadounidenses buscan que Zambada brinde información sobre el Cártel de Sinaloa, al que él lideró durante décadas, y datos sobre los sucesores del cártel, como los hijos de El Chapo Guzmán. Hoy es un testigo clave porque conoce las entrañas de ese grupo criminal, sobre todo en los últimos años.
Además, el propio Mayo había expresado, en una carta difundida después de su detención, que él tenía información de Los Chapitos y de funcionarios locales de Sinaloa.
En esa misiva narra su amistad con el exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Héctor Cuén, quien fue asesinado el mismo día que el narcotraficante fue sacado de Sinaloa y llevado a la fuerza a Estados Unidos.
Públicamente, la defensa de Zambada García no se ha pronunciado sobre la posibilidad de buscar un trato con las autoridades estadounidenses, pero tenga la certeza de que así será.
Quienes sí han asegurado públicamente que buscan un acuerdo con la justicia estadounidense son Los Chapitos, Ovidio y Joaquín Guzmán López, a través de su abogado Jeffrey Lichtman.
Ninguno de los hijos de Guzmán Loera se presentó a su audiencia el pasado 7 de enero, por lo que éstas fueron programadas para el 27 de febrero en el caso de Ovidio y para el 19 de marzo en el caso de Joaquín.
Desde diciembre pasado, la justicia estadounidense confirmó que Ovidio Guzmán López ya pertenece al programa de testigos protegidos, por lo que ya no se encuentra bajo la custodia del Buró Federal de Prisiones (BOP). Esto no significa que esté libre, sólo que ya no se encuentra en una cárcel de Chicago y que permanece bajo vigilancia de la US Marshall.
¿NUEVAS DECLARACIONES?
Quien ya es testigo colaborador es Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, el primogénito del Mayo Zambada; sin embargo, su situación podría cambiar, incluso podría perder su libertad condicional.
Esto se debe a que los fiscales del Departamento de Justicia de EU ya han planteado la posibilidad de que El Vicentillo sea llamado a testificar contra su propio padre. De negarse, el capo podría enfrentar graves consecuencias, tanto legales como personales.
Actualmente goza de libertad condicional en Estados Unidos, donde lleva una vida como un ciudadano común, pese a que por muchos años traficó cocaína y metanfetaminas desde México hacia la Unión Americana.
Lo mismo ocurrió con Jesús El Rey Zambada, quien logró un acuerdo con autoridades de la Unión Americana a cambio de testificar en los juicios del Chapo Guzmán y de García Luna.
En 2008 fue detenido en la Ciudad de México junto con 10 cómplices y para 2012 fue extraditado a EU.
En sus declaraciones, sin aportar pruebas, en el llamado juicio del siglo, acusó al Chapo y a su hermano de ser los máximos líderes del Cártel de Sinaloa y, además, dio detalles de las operaciones de esta organización criminal.
Hoy, El Rey Zambada se dedica a componer narcocorridos en los que habla de su experiencia en el mundo del narcotráfico y sus años en prisión.
Su sobrino, El Vicentillo, también fue testigo estrella en el mismo juicio y, usando el mismo método, sin evidencia y sólo con sus declaraciones, indicó que El Chapo Guzmán era el líder del cártel y detalló su relación con el capo.
Los Dámaso son otros capos que también obtuvieron beneficios a cambio de colaborar con el Departamento de Justicia estadounidense, al igual que los Zambada se volvieron testigos clave en el juicio del Chapo Guzmán.
Ambos obtuvieron reducción de sus condenas y lograron su libertad condicional; en el caso de Dámaso López Núñez, El Licenciado, pasó de ser uno de los hombres de confianza del Chapo a ser uno de los mayores soplones.
Detenido en 2017 en la colonia Anzures de la Ciudad de México, El Licenciado fue extraditado al país vecino de forma inmediata, donde se declaró culpable de los delitos de narcotráfico y de pertenecer a una organización criminal; a cambio, testificó contra Joaquín Guzmán Loera para quedar libre.
Mientras que su hijo, Dámaso López Serrano, El Mini Lic., se entregó a las autoridades de Estados Unidos tras la captura de su padre, argumentando que su vida y la de su padre corrían peligro.
Este hombre también acordó declararse culpable, reveló las operaciones del Cártel de Sinaloa, testificó contra El Chapo y logró quedar libre en 2022, sin recibir la cadena perpetua.
Sin embargo, a finales de 2024, fue detenido nuevamente, acusado de traficar fentanilo. Para ello, utilizó su residencia en Virginia como base para contactar a operadores del Cártel de Sinaloa y coordinar el trasiego de la droga hacia EU.
Emma Coronel fue otro personaje del mundo del narcotráfico que decidió colaborar con el país vecino a cambio de no permanecer en la prisión de Virginia, donde fue enviada tras su detención en el 2021.
La esposa de Joaquín Guzmán Loera fue sentenciada a 36 meses de prisión y cuatro años de libertad supervisada y el 13 de septiembre de 2023 quedó libre.
A partir de ese momento regresó a sus redes sociales para continuar como influencer e incursionó como modelo en 2023; para 2024 participó en la semana de la moda en Milán.
Y es que, a los narcotraficantes mexicanos, extraditados a Estados Unidos, les beneficia mucho declararse culpables y colaborar como testigos protegidos de ese país; así las penas que se les dictan son más benévolas.
La moda la impuso Osiel Cárdenas, el líder del Cártel del Golfo y Los Zetas, quien fue capturado en 2003 y permaneció en el penal de máxima seguridad de La Palma, hoy del Altiplano, hasta su extradición, en 2007.
Inicialmente, Cárdenas consideró combatir los cargos de los que lo acusaba el gobierno estadounidense. Sin embargo, su equipo legal le recordó que el último capo mexicano en hacerlo, Juan García Ábrego, perdió la batalla legal y fue encarcelado durante 11 cadenas perpetuas consecutivas y obligado a entregar millones en ganancias ilegales.
Así que Osiel Cárdenas, en 2010, se declaró culpable de un cargo por narcotráfico, uno por lavado de dinero y tres por extorsión a agentes federales de Estados Unidos; a cambio le fueron retirados otros 12 cargos por narcotráfico. Se le aplicó una sentencia de 25 años de prisión y una multa de 50 millones de dólares. Terminó su condena y hoy ha sido extraditado a México.
Habiendo tantos casos en donde los narcotraficantes han sido beneficiados a cambio de dar información, no hay duda de que El Mayo Zambada vaya a convertirse en un colaborador de la Justicia estadounidense.
Muchos deben de estar aterrados con lo que Ismael El Mayo Zambada pueda declarar hoy.