En Campeche, entidad que por años fue el boom de Pemex, se destapa un nuevo escándalo que seguramente va a dar mucho de qué hablar.
Esta vez, el protagonista es Juan Carlos Del Río, excandidato a la gubernatura del estado por el Partido Acción Nacional y conocido empresario del sector energético, quien ha sido acusado de encabezar una red de extorsión contra contratistas de Petróleos Mexicanos. Lo que se narra en la denuncia es digno de un thriller: falsificación de documentos, jueces coludidos, y un elaborado esquema para presionar legalmente a empresas y obtener pagos ilegítimos. Los señalamientos no se limitan a Juan Carlos Del Río. Su hermano Ernesto Joaquín Del Río González también está involucrado, según el documento dirigido a autoridades de primer nivel como el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, y la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña Hernández.
También apuntan directamente a una jueza del Sistema de Justicia Penal, Acusatorio y Oral de la entidad quien, comentan, ha sido pieza clave.
Entornos de recuperación en Sinaloa
El modus operandi, según la denuncia, incluye falsificar órdenes de compra y presentar facturas falsas contra los proveedores de Pemex, hoy en manos de Víctor Rodríguez Padilla. Posteriormente, mediante litigios penales y presiones judiciales, se extorsiona a las empresas, exigiendo pagos por servicios inexistentes. Todo esto habría ocurrido bajo el amparo de un sistema judicial local que, en lugar de impartir justicia, parecería haber actuado como brazo ejecutor de una maquinaria corrupta.
El caso no es menor, considerando que Pemex Exploración y Producción otorgó, apenas en marzo de 2024, un contrato por 52 millones 830 mil 238 pesos a la empresa de los hermanos Del Río, Ingenieros Electrónicos Civiles y Eléctricos, en colaboración con Arrendadora Acalsi. Este contrato, destinado a la adquisición de coples magnéticos para motobombas, podría ser clave en la investigación. Pero el alcance de esta red va más allá. Del Río también tiene participación en al menos 19 empresas más, que incluyen desde inmobiliarias hasta promotoras turísticas. Entre ellas se encuentran nombres como Aquaservices del Golfo, Becal Inmobiliaria y Constructora, y Grupo Gadesa, todas ellas con operaciones en Campeche y otros estados como Veracruz. Ya se verá cuán profundo puede ser el impacto de estas operaciones.
Los denunciantes exigen una investigación exhaustiva que garantice un debido proceso sin interferencias políticas. La petición incluye auditar los contratos asignados a las empresas relacionadas con los hermanos Del Río y sancionar a los responsables si se confirman las acusaciones.
Irresponsabilidad de MG. Por demás deleznable lo que está ocurriendo con una agencia de MG México.
Reynosa, Tamaulipas es el epicentro de todo esto en lo que está afectada una clienta que adquirió un vehículo de esta marca, de la que es constante ver sus vehículos en grúas, inservibles, después de haber sido comprados. ¿De verdad quiere llegar a ese nivel esta empresa?, porque eso es lo que está haciendo un representante legal, en este caso, amenazando, intimidando, y minimizando una falla registrada en sus autos, que impide usarlos. No hace falta que nadie desprestigie su marca, hoy en la industria automotriz en México los tienen como el “patito feo” chino, del que nadie quiere ser su amigo. Eso de decir que desprestigian a la marca por viralizar un caso en redes sociales, es infame, la verdad es que es común, cotidiano, que haya denuncias sobre la mala calidad de sus autos.
Decir la verdad no es delito, sus abogados debieran asesorar bien a esta marca, como también transparentar cuáles de sus ventas resultan en un lamentable caso de defecto o de hasta pérdida total.
Eso sí, presumen en redes sociales sus ventas, y entre ellos mismos se aplauden. ¿No quieren que sus vehículos ocupen las redes sociales?, la respuesta es clara, entreguen vehículos de calidad, donde un cliente no tenga la necesidad de hacer una protesta, que finalmente se haga viral. La evidencia de un vehículo inservible está, y la solución es sencilla, devolverle el dinero a quien compró un auto defectuoso o cambiárselo bajo la consigna de que no resultará en una ofensa nuevamente para quien lo adquirió. No es la primera vez que MG México trata de actuar de manera impune. Muchos dirán que ahí está Profeco, pero esa oficina era minúscula cuando estaba Ricardo Sheffield Padilla; ahora con Iván Escalante Ruiz puede ser un refugio que dé respaldo y solución a clientes ante la ofensa de quienes abusan, en este caso la empresa que preside Zhang Wei, que sigue distraído en su sueño de convertir México en su hub en Latinoamérica
Voz en Off. Lo que sucedió en la histórica fábrica de productos para zapatos “El Oso”, recién desalojada, es producto de lo que se ha vuelto una denuncia recurrente en todo el país, negocios que no ceden a la extorsión, que terminan siendo dañados de una forma u otra. Esta empresa, además, no sólo habla de extorsiones del crimen organizado, sino de competencia desleal. Se tendrá que investigar más, pero la estampa de esta histórica compañía en llamas es muy lamentable…