Donald Trump no dijo nada nuevo que no hubiera dicho o insinuado. Quienes no lo tomaron en serio tendrán que entender que lo que se viene es un cambio muy importante, con tintes históricos, en la relación México-EU.
Ayer lo confirmó de manera contundente, porque además dejó entrever que tiene más propuestas sobre lo que quiere hacer de la relación con nuestro país.
No mencionó los aranceles, porque es un asunto que tiene que trabajar profundamente en fondo y forma, porque debe tener un mapa acabado de la relación de EU con las economías del mundo, es cuestión de tiempo para que esto pase.
Delfina y su influencia en Morena
Lo que ya va dejando en claro es que su Gobierno tendrá un apoyo fundamental de los empresarios, por más que algunos de éstos hayan sido sus críticos. Lo que también queda claro es que no le va a quedar de otra que buscar la manera de controlar, o al menos atemperar, los desbocados ánimos ideológicos de Elon Musk.
Sin perder de vista los enormes efectos que va a padecer nuestro país por las medidas que ya está tomando Trump, es importante tener en claro que ciertamente el mundo va a adquirir una dimensión distinta de como lo conocemos.
Trump tiene claro que todo lo que quiera hacer, que muy probablemente sea cambiar el régimen político de su país, lo tiene que hacer en cuatro años. Ya no cabe la reelección, de no ser que busque un cambio en las leyes en esta materia, como entre broma y en serio lo ha dicho.
El presidente de EU es la versión más acabada de una nueva corriente política en el mundo que tiene a los empresarios en la búsqueda del poder político. Se trata de darle un giro al desarrollo de la política como lo hemos entendido, para bien y para mal, a lo largo de décadas.
No es casual su lista de invitados a su investidura. Además de su afinidad ideológica también son representantes de un perfil autoritario de abiertas empatías con el sector privado, o, en otros casos, son parte del sector privado que se ha metido a la política y ya gobierna en algunas naciones.
En términos de las libertades y la democracia, todos y todas tienen el derecho de participar en política en todos sus ámbitos. El gran problema para las sociedades en el corto y mediano plazo es que con estos “nuevos” gobernantes se han disparado una serie de elementos ideológicos que rompen con el régimen de derechos y obligaciones de los ciudadanos.
Son terrenos en que se utiliza la democracia para imponer formas de vida sin importar los derechos adquiridos junto con la gran evolución que se ha ganado en el mundo en estos últimos años. Trump dejó en claro ayer que todo lo que tiene que ver con la comunidad LGBT+ va a entrar en un enorme riesgo al asegurar que “a partir de ahora, el Gobierno de EU sólo reconocerá dos géneros, masculino y femenino”.
Éste es uno de los muchos asuntos que van a entrar en terrenos de focos rojos. Con el poder con que ha llegado, Trump va a tener una capacidad de maniobra en que puede hacer muchas cosas que rompan con los precarios equilibrios de la democracia y la convivencia en su propio país.
Esperamos que el Gobierno mexicano, ahora sí, tenga en claro lo que se ve venir. En materia migratoria desde ayer se cancelaron las citas programadas desde hace meses lo que dejó en vilo a una gran cantidad de migrantes en la frontera mexicana. Trump, al igual que lo hizo con López Obrador, no negoció, más bien impone de nuevo “Quédate en México”.
El futuro es desconcertante, porque estamos ante muchos inéditos ante un hombre con el cual difícilmente se puede negociar, no entiende las lides diplomáticas.
Nuestro país anda en su transformación, la cual en muchos casos es confusa con futuro precario, como la reforma judicial.
RESQUICIOS.
Mandar soldados a la frontera es un gesto inamistoso. Sin embargo, podría tener un lado favorable, porque podría ser que se tuviera mayor control sobre las armas que entran a México; ya veremos, sobre todo, por la dinámica interna de esta industria en EU.