La exótica gira de la Selección Mexicana incluyó una incómoda visita a Buenos Aires. Esto, debido a la intoxicación que genera hoy en día para los aficionados mexicanos que suelen ser muy enganchados al futbol. Es decir, aquellos que pueden confundirse con alentar, apoyar a un representativo nacional y envolverse en la bandera tricolor creyendo que se está violentando la soberanía nacional. Un ejemplo ilustrativo: Adolfo Bautista en sus redes sociales.
La reciente polémica fue el gesto con el que Lionel Messi le contestó a la afición americanista los abucheos e insultos. El jugador argentino, capitán del Inter Miami y de la albiceleste, hizo referencias a los tres mundiales que Argentina ha ganado y que hoy, simplemente, es un sueño para el futbol mexicano. Esta acción encendió bastante a esta parcialidad de hinchas mexicanos identificados más con el Bofo Bautista, que publicó su descontento, la finalización de su admiración a Messi, porque “con México, mi país, nadie se mete”.
Sí, como si Messi estuviera firmando las órdenes de deportación del presidente Trump o estableciendo los tabuladores de aranceles que perjudicarán a la economía mexicana. Entiendo perfecto que en estos tiempos tan complicados, cargados de tantas noticias que no pintan ser tan buenas, la mente puede confundirse y de pronto un partido de futbol, en el imaginario colectivo, puede derrumbar los muros fronterizos o frenar la violencia del narcotráfico.
El cierre de filas
En lo personal, los gestos o burlas de futbolistas y de toda la hinchada argentina relacionada al futbol, no pueden ofenderme, simplemente porque es una realidad. Nos tienen de hijos desde el Mundial del 2006 en Alemania, con aquel fulminante y doloroso gol de Maxi Rodríguez que nos eliminó en aquella ocasión. Luego el ridículo de Aguirre en octavos de final, en donde precisamente el Bofo Bautista, hoy caudillo de la nación, se la pasó trotando atrás del balón. Y, finalmente en Qatar, cuando tuvimos la oportunidad de saldar cuentas pendientes, se nos escapó de las manos por tener un equipo inferior en cuanto a calidad. Un golazo de Messi firmó la tercera derrota consecutiva con Argentina en mundiales.
Lo curioso, es que nuestro futbol siempre ha parecido admirar al balompié argentino entre entrenadores y jugadores que han sido idolatrados en el futbol mexicano: La Volpe, Martino, Cocca, Mohamed, Anselmi, Lillini, hasta el propio Diego Maradona estuvo por acá. La lista es infinita. También copiamos el formato de sus torneos, incluyendo el descenso. No hablemos de promotores porque también son piedras angulares en las transacciones de futbolistas.
Antes, a nivel de clubes, tuvimos la oportunidad de pintarles la cara, ahí sí, el Bofo les puso un baile en Guadalajara y en el barrio de Boca. Hoy, por otros intereses, ya no tenemos esas oportunidades. En la previa ante River Plate, le preguntaron a Javier Aguirre sobre lo de Messi, acertadamente no quiso contestar; pero espero desde la autocrítica, el Vasco pueda inyectarles un poco de motivación a los seleccionados, para que la próxima vez que México juegue ante Argentina, ahí sí, en la cancha de futbol, podamos herirles el orgullo en donde más les duele.