ACORDES INTERNACIONALES

Trump 2.0

Valeria López Vela
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Valeria López Vela *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

El lunes pasado, Donald Trump asumió nuevamente la presidencia de Estados Unidos, respaldado por los resultados electorales y el giro autoritario hacia la derecha que han experimentado varios países.

En 2016, Trump era un empresario que desconocía los intrincados mecanismos de la política en Washington, enfrentándose a un sistema marcado por el orden global surgido tras la Segunda Guerra Mundial. Ahora, en este segundo mandato, Trump busca romper con los paradigmas tradicionales para inaugurar lo que denomina una nueva “época dorada” para Estados Unidos.

En este segundo periodo, debemos tomar en serio las declaraciones extremas de Trump, quien cuenta con dos años de mayoría parlamentaria para implementar sus propuestas más radicales. Es probable que durante los primeros cien días veamos cambios significativos en la política estadounidense.

A diferencia de su gestión anterior, Trump comienza con mayor fuerza y con el respaldo de los principales empresarios del país. A medida que avance su Gobierno, es probable que otros sectores se sumen a esta nueva era por un populismo plutocrático y antiderechos. Como ha ocurrido en otros países, no faltarán quienes se rindan ante el poder, aunque eso signifique traicionar sus propias convicciones.

Para este segundo periodo, las coordenadas políticas de Trump se alinean con los de otros populistas de derecha: un Estado mínimo, conservadurismo moral y un marcado soberanismo. Para avanzar en la reducción del aparato estatal, Trump designó a Elon Musk como líder del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental. Desde esta posición, el magnate busca reducir el personal y minimizar el gasto gubernamental.

En el ámbito del conservadurismo, Trump ha declarado que en su Gobierno “sólo existirán dos sexos: hombres y mujeres, tanto en lo público como en lo privado”. Asimismo, aseguró que no habrá distinciones basadas en la raza, sino que todo dependerá de los méritos individuales.

En cuanto al soberanismo, Trump anunció medidas para proteger la economía estadounidense, como la imposición de aranceles a México y Canadá. También ha expresado intenciones de expandir las fronteras del país: pretende tomar control de Groenlandia, recuperar influencia sobre el canal de Panamá y renombrar el golfo de México.

Trump ha dejado claro que no apoyará iniciativas relacionadas con el cambio climático. Planea revocar el Nuevo Pacto Verde, suspender inversiones en energías renovables y retirarse de acuerdos internacionales en materia ambiental.

Por otro lado, el presidente declaró al crimen organizado mexicano como un grupo terrorista, lo que permitiría aplicarles la Ley Patriota, incluyendo intervenciones militares y fiscales, así como la implementación de estándares de prueba más flexibles. También ha planteado sanciones más severas contra estos grupos.

Por último, las tensiones entre Michelle Obama y Donald Trump son bien conocidas, ya que ambos representan polos opuestos en el espectro político. Y esa ausencia es, precisamente, el resquicio por el que podrían revertirse los traspiés de esta gestión. Ya veremos.

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