No hay manera por ahora de conocer todas las secuelas que traerán las decisiones que está tomando el presidente de EU; es hoy en día, de manera inevitable, un tema del mundo.
Lo que puede suceder es que estemos en el preámbulo de un rompimiento de un orden establecido con rumbo a nuevas condiciones sociales, políticas y económicas ante las cuales no se ve su derrotero.
Trump intenta cambiar el paradigma, porque al tomar estas primeras decisiones sabe de las repercusiones que pueden tener por la mirada expansionista que tiene de lo que debe ser el rol de su país en el ámbito internacional.
Golpe a La Unión Tepito
Muchas de las decisiones pasarán por dinámicas complejas al interior de su país debido a que muchos ciudadanos y políticos estadounidenses ya han presentado demandas en contra de las propuestas del nuevo presidente. Los tribunales están teniendo un trabajo inusual e interminable, lo que no queda claro es cuáles vayan a ser sus criterios de decisión.
Trump lo sabe y dará sus batallas. Mientras se decide una cosa u otra y mientras despiertan los estadounidenses ante lo que pueden tener enfrente, está instrumentando sus decisiones. Se está adelantando a lo que puedan decir los tribunales sin importarle por ahora lo que determinen.
En lo que trae mucha prisa es con la migración. Ayer envió 1,500 soldados más a la frontera buscando cerrarla a tope tratando de apurar al tiempo cualquier eventualidad de carácter legal al interior de EU y quizá también de los tribunales internacionales, a los cuales, se sabe, se los pasa por el arco del triunfo.
Ayer también tomó otras decisiones en esta materia. Cerró la frontera a los migrantes y además, autorizó repeler la entrada de inmigrantes sin papeles. Si a alguien le afectan estas decisiones es evidentemente a nuestro país.
Cerrar la frontera a los migrantes es un acto discriminatorio que intenta también burocratizar al máximo el cruce, lo cual va a afectar a una gran cantidad de mexicanos y estadounidenses que cruzan la línea cotidianamente por diferentes razones; más allá del tema migratorio.
El fenómeno de la migración es uno de los muchos asuntos que tienen que ver con México en la agenda de Trump. Están también las cuestiones económicas, de seguridad, y algo que quizás no se vea tan nítidamente pero que está presente: la discriminación a todo lo que tenga que ver con nuestro país.
Tiene su dosis de enigma lo que el Gobierno mexicano está pensando de todo esto. Si bien no se puede responder al día con día a todo lo que dice el ocurrente presidente, no queda en claro cuál es la dimensión que le está dando el Gobierno a la llegada de Donald Trump.
Suponemos que lo vinieron llegar con todo lo que implica. Se insiste en que se llegó a pensar que no llegaría tan lejos. Si así fuera esta suposición sería un grave error del Gobierno. Existían y existen elementos en el pasado de Trump y en su presente que hacen factible que podría pasar cualquier cosa que se le ocurriera por más remota que se pensara, eso sin pasar por alto la fuerza con la que llega.
Más le vale al Gobierno tomar profundamente en serio lo que está pasando. Da la impresión de que estamos solamente en los prolegómenos de lo que puede venir. Insistimos en que no tiene sentido responder en el día por día a un hombre que habla, en la mayoría de los casos, sin pensar en lo que está diciendo.
Sin embargo, las afectaciones al país ya cruzan varias líneas, desde la económica hasta la vida de miles de personas que tienen el derecho a migrar hacia un país que se construyó y desarrolló en las últimas décadas gracias a los migrantes latinos, particularmente los mexicanos.
RESQUICIOS.
En medio del drama que están padeciendo los migrantes, hay que poner particular atención en los adolescentes, niñas y niños. Se están rompiendo las familias dejando secuelas de profundo dolor, quién sabe cuándo se puedan reencontrar. Hay que crear un mecanismo oficial de comunicación entre los migrantes y sus familiares.