Los secuestros virtuales son cada día más comunes en México. En éstos están involucradas personas con las que la víctima tiene contacto físico, como algunas que se hacen pasar como trabajadores de los hoteles, con redes muy poderosas que operan, en su mayoría, desde los reclusorios.
Hace unos días, María (le vamos a llamar así para resguardar su identidad) fue de viaje a Querétaro. Ahí se hospedó en un hotel en Juriquilla. En el hotel, quien la recibió empezó a facilitar las cosas para secuestrarla virtualmente. La primera llamada que recibió fue al teléfono fijo de su cuarto, ahí María sabe que estos delincuentes tienen su ubicación.
VÍCTIMA: Me quede en el Extended Suites, en Querétaro. Yo, hago el check-in, junto con mis compañeros de trabajo, la persona de recepción muy nerviosa, yo empiezo a pedir información: “Oye, la reserva se hizo a través de mi empresa, está pagada, la factura…”, se le empiezan a caer las tarjetas que ya tenía él seleccionadas, entonces específicamente en ese momento nos pide que firmemos una solicitud, no sabía ni dónde teníamos que firmar. Nos pide nuestras identificaciones, les saca copia y se le olvida entregárnoslas. Al poco tiempo suena el teléfono del hotel, y me notifica la persona de recepción que el hotel ha sido tomado, que está siendo tomado por un cártel, que por favor no vaya a abrir la puerta.
Dura herencia de AMLO en seguridad
Una segunda persona me empieza a decir que están en el hotel, que lo están tomando porque hay un secuestrador dentro del hotel, que es de Monterrey y que seguramente yo soy parte de esta banda, que ellos están haciendo ahorita esa limpia y necesitan específicamente verificar que yo no soy esa persona y que no soy parte de esa banda. En ese momento me pide el celular para yo probar que no tengo ningún secuestrado en el cuarto, les doy el celular personal, me hace una videoconferencia.
Yo prendo la videoconferencia y aparece esta persona, encapuchado, con gorra, con un chaleco como los que maneja la Policía, pero con siglas diferentes, entonces me dice: “Que te quede muy claro, pend…, yo soy del Cártel Jalisco Nueva Generación, seguramente has escuchado de nosotros. Estoy aquí, tengo tomado todo el hotel, en el momento en que tú no hagas caso de las indicaciones que te digan yo te voy a matar”. Entonces me dice: “Muéstrame el baño, muéstrame la recámara, muéstrame el clóset. Ahí tienes las armas y tú eres parte”. Entonces empiezan a generarte esta dinámica de que tú eres parte de la banda.
BB: Y no te atreves a colgar el teléfono.
VÍCTIMA: No, porque como yo recibo la llamada de la recepción, saben mi ubicación. Cuando genera la conferencia diez segundos después y que me dicen que no cuelgue el teléfono de la recepción, lo veo, armado, no solamente traía el chaleco, sino que estaba completamente armado, entonces yo aseguro que el hotel está tomado.
BB: Pasaron horas que te tienen en el teléfono.
VÍCTIMA: Catorce horas. Hay tres personajes en la historia, el secuestrador uno, específicamente es el que te genera el miedo, te empieza a decir cómo torturan, cómo matan, cómo violan, que si tú no haces caso, que si tú mientes, que si te mueves, y si cuelgas, estoy abajo y te estoy esperando y te voy a matar. El segundo personaje, que es el que empieza a generar tu confianza para que tú sueltes toda la información referente, en lo que ellos le llaman “el operativo”. Todas estas horas que pasan es porque ellos ya te están acechando y están buscando toda la información referente, porque lo que tienen es que eres una persona que llegaste ahí, obviamente los hoteles están coludidos, obviamente los de recepción son lo que identifican quién puede ser la víctima. Saben tu dirección porque obviamente viene la dirección en la credencial del INE, y específicamente empiezan a buscar en tus redes sociales, con tu nombre, entonces todo esto los va llevando a que te empiecen a hacer entrar en un pánico, porque ya saben mucha información tuya. Viene un tercer personaje, que es el comandante, quien es el acosador sexual. Te piden que te desnudes para poder mandar esa fotografía a tus familiares y todo el argumento es que tú tienes un tatuaje y que tienes que probar que no tienes el tatuaje de los supuestos “zetas”en tu cuerpo.
BB: ¿Cómo es eso de que te cambiaron de un hotel a otro?
VÍCTIMA: Te dicen que va a empezar la balacera, que va a empezar la matanza y que tú necesitas salir de ese hotel y que te van a llevar a una casa de seguridad. “Te vas a ir a este hotel, en este momento pide un Uber, el Uber te va a estar esperando abajo y vamos a estar siguiéndote. Si tú volteas a la recepción en ese momento te mato”. Entonces yo bajo con las indicaciones y cuando llegas, hay un carro con los vidrios polarizados para subirte y te subes. En ningún momento pierdes ni el teléfono que traía yo, el personal, como el de la oficina, en uno tenía la videoconferencia y en el otro estaban hablándome directamente. Me llevan a un hotel que se llama Bedford, la persona de recepción está muy nerviosa, no firmé un solo papel, me dijo cuánto costaba el cuarto, saqué la tarjeta, me hicieron el cargo y me pusieron en el cuarto. Entonces ya estás en otra ubicación.
BB: ¿Crees que también estaban coludidos los del otro hotel?
VÍCTIMA: Te lo puedo asegurar, por la forma en que te reciben y por la forma en que designan el cuarto y hacia dónde vas y con la rapidez en que se hizo el trámite. Ésa es la primera etapa, en la segunda etapa empiezan a extorsionar a tus familiares. Me pidieron los teléfonos de mis padres y les comento que no, que mis padres son mayores de edad, me piden el contacto de mi esposo. “Esto es lo que le vas a decir”, y le llaman y le dicen que me tienen secuestrada. En ese proceso es cuando te dicen que te desnudes para probar que no traes el tatuaje, ellos utilizan la foto para mandársela a tu familia. Mi marido pide que me hagan unas preguntas de seguridad que sólo yo podía contestar, y al responder, sabe que soy yo.
BB: Muchas veces, cuando te hablan por teléfono y te extorsionan, sabes que puede ser una extorsión, aquí el tema es que sí están coludidas las personas de los hoteles porque te hablan directamente a la habitación del hotel.
VÍCTIMA: Habían pasado horas y ya me habían cambiado de hotel. Mis familiares contactan a un especialista en negociación de secuestros y se les notificó por el modo que estaban operando que no era un secuestro físico, que era virtual, porque no iban a pedir 500 mil pesos, hubieran pedido millones.
BB: Desde tu oficina, trabajas en temas de ciberseguridad, te empiezan a rastrear.
VÍCTIMA: Sí, me están rastreando por parte de mi compañía. Me llegan a buscar de mi oficina al nuevo hotel y no los dejan subir. Pero en ese momento pienso: “Es mi oportunidad, me van a violar”, salgo corriendo por las escaleras de emergencia, y ahí estaba la gente que mandaron de mi oficina.
BB: ¿Cuelgas el teléfono en algún momento?
VÍCTIMA: Nunca. Ni cuando me escapo, se quedaron mis teléfonos en el hotel, todas mis cosas se quedan ahí.
BB: ¿Presentaste una denuncia formal?
Víctima: Sí.