MARCAJE PERSONAL

Somos MX, el dilema de ser o no ser

Julián Andrade *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Se van juntando las piezas que quedaron regadas luego de la derrota opositora del año pasado. Somos MX intentará ser partido político con las credenciales que provienen de las movilizaciones ciudadanas en defensa del INE y el Poder Judicial.

Quieren recobrar el entusiasmo de aquellos días, en que se logró posponer la destrucción institucional, aunque fuera de modo momentáneo y que inclusive propició la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez en una alianza del PAN, PRI y PRD y diversas agrupaciones ciudadanas.

El descalabro no los detiene porque consideran, y no sin razón, que se requieren alternativas. Sostienen que no son “ni de izquierda ni de derecha, sino de derechos”.

Serán, al parecer, un partido líquido, cambiante y con capacidad de ajustarse a coyunturas determinadas, a eso que llaman causas. Más que osado, es riesgoso el no contar con un marco conceptual específico, pero quizá sea una necesidad en la suma de personalidades que provienen de corrientes de pensamiento hasta antagónicas.

Su núcleo central proviene del Frente Cívico Nacional, pero se extiende a otras organizaciones sociales. Ahí están y estarán lidereando el proyecto, Guadalupe Acosta Naranjo, Fernando Belaunzarán, Emilio Álvarez Icaza, Gustavo Madero, Cecilia Soto y Edmundo Jacobo.

Puede funcionar, si la propuesta programática no proviene de la intuición sino del estudio. Lo que ocurrió el año pasado es en lo primero que tendrían que reflexionar, ya que nunca se consolidó un discurso atractivo, que sedujera a los votantes indecisos o que inclusive mantuviera las franjas del voto histórico de los partidos.

Algo es seguro, con la sola oposición a Morena, asunto que es fundamental, no alcanzará, se tiene que generar expectativa y hasta esperanza.

Están sujetos a un cronograma estricto. Este año para cumplir requisitos que les otorguen el registro, algo en lo que no debiera existir problema y, dos años después, para refrendarlo en las urnas, donde el umbral del 3% de los votos no es cosa sencilla.

También serviría el establecer metas alcanzables. Es decir, pensar más en la consolidación de un proyecto con presencia legislativa, que en la ilusoria toma del poder presidencial en 2030.

Uno de los errores más graves de Fuerza y Corazón por México fue precisamente el de no decantarse por lo que se requería en el Senado y en la Cámara de Diputados.

Aunque sea a toro pasado, hay que detenerse en las nefastas consecuencias que produjo no observar lo que estaban señalando los estudios demoscópicos de calidad.

Un reto para Somos MX, es el determinar a quién le hablarán para que sean escuchados. Es ahí donde esa ambigüedad ideológica puede rendir frutos, si establecen con claridad los segmentos de la población a los que habrán de seducir o, por el contrario, será el lastre que no los dejará despegar para poder ser, en efecto, una opción para los desencantados y hasta los espantados por este tiempo más que complejo y extraño.