Tras varios años de negociaciones que dieron inicio en 2016, el Gobierno de México y la Unión Europea lograron concretar los acuerdos para actualizar su Tratado de Libre Comercio en un momento en el que los países buscan alternativas ante la llegada de Donald Trump y su nacionalismo económico en la Casa Blanca.
Días antes de la toma de posesión del empresario estadounidense, el comisario de Relaciones Interinstitucionales y Prospectiva, Maros Sefcovic, celebraba la llamada modernización del acuerdo global bilateral entre el bloque de países europeos con México.
Todo indica que el regreso de Donald Trump a la presidencia estadounidense fue el aliciente para que Europa buscará concretar las negociaciones económicas tanto con México como con otras naciones, como Chile, Australia, India y aquellas que conforman el Mercosur, ante las amenazas arancelarias del presidente de EU.
Ni tan espontáneo
Europa lo tiene claro desde hace años, quiere fortalecer su relación comercial con otros países por medio de tratados de libre mercado. Los acuerdos con 10 economías mundiales que dan prioridad a las exportaciones agrarias prevén un incremento de entre 3,100 y 4,400 millones de euros para 2032, según un estudio del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea.
De lograr todas las negociaciones comerciales que se realizan actualmente, el bloque europeo podría asegurar su posición como el mayor exportador mundial de productos agroalimentarios.
México se encuentra en uno de esos 10 que comparten un Tratado de Libre Comercio con Europa, por eso la celebración del término de las negociaciones entre ambas economías.
Como parte de este nuevo acuerdo comercial entre México y Europa se planean eliminar todos los aranceles a las mercancías que se exporten entre ambos mercados, incluyendo productos agrícolas, que es lo que más se exporta desde y hacia Europa.
Otro punto relevante de esta modernización comercial es la posibilidad de que empresas mexicanas puedan participar en contratos públicos en Europa y, a su vez, empresas del viejo continente tendrán la posibilidad de concursar por contratos públicos del Gobierno mexicano en condiciones de igualdad con compañías locales.
Actualmente, México es el segundo socio comercial más importante del bloque europeo en Latinoamérica, mientras que Europa es el tercero para la industria mexicana.
Mediante este renovado acuerdo comercial con la Unión Europea, el Gobierno mexicano de Claudia Sheinbaum asienta las bases para desprenderse un poco más de la dependencia hacia Estados Unidos, que ahora tiene a la cabeza un Gobierno de extrema derecha que ya está haciendo estragos en política exterior y, seguramente, lo hará en la política comercial.