El proyecto ferroviario que circunda la Península de Yucatán que en este momento tendría que ser un baluarte natural que retuviese a mexicanos y migrantes foráneos con trabajos dignos y dinámicos —además de ser una alternativa para aquellos que serán deportados de Estados Unidos— no ha logrado madurar como “producto turístico” y ha postergado año y medio el “producto de carga” por la grilla y soberbia del hoy gobernador tabasqueño, Javier May, pero también por soberbia y las prisas del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
El Tren Maya fue conceptualizado como un desarrollo con inversión privada y pública en una colaboración técnica y financiera que reordenara el crecimiento urbano a través de las estaciones como “micro-polos de desarrollo” que diera oportunidades a los habitantes y propietarios y, al mismo tiempo, generara valor inmediato para el Tren y sus socios para ir compensando la inversión comprometida y alcanzar el punto de equilibrio de manera progresiva y consistente.
Sin embargo, de la noche a la mañana, López modificó el proyecto para que el inversionista único fuera el sector público, tirando las avanzadas pláticas con fondos de inversión como BlackRock, de Laurence Fink, y bancos de inversión como JP Morgan que comanda Jamie Dimon, y Bank of America, que encabeza Brian Moynihan. Que los recursos del gobierno eran más que suficientes, adujo.
El ambicioso proyecto de Clara Brugada
En la primera fase constructiva, repentinamente el entonces presidente ordenó que el Tren Maya no llegara directamente a San Francisco de Campeche (a unas calles de la zona amurallada), ni a las inmediaciones de Paseo Montejo en Mérida, ni con acceso peatonal al Aeropuerto Internacional de Cancún. Las prisas primaron: para no “caer en la provocación” de vecinos, ejidatarios y empresarios, la mayoría de las estaciones quedaron lejanas de los atractivos turísticos que se busca promover.
Las prisas también estuvieron presentes en la ejecución de la obra civil, electromecánica y en la compra y puesta en marcha de locomotoras y material rodante.
Cuando fue removido de Fonatur Rogelio Jiménez Pons hace ya tres años, el cargo fue asignado a Javier May… quien convenció a López Obrador de que su antecesor había “hecho negocio” en la compra de reserva territorial para estaciones de carga y patios de maniobra desde Palenque hasta Cancún. Acto seguido, Palacio Nacional autorizó revender tan estratégicos terrenos por sugerencia del actual des-gobernador de Tabasco.
Hoy toca a Sedena, a cargo del general Ricardo Trevilla, encaminar una infraestructura, que nos guste o no, existe y que requiere ser refuncionalizada, mejorada y reparada; no se ejecutó correctamente desde un principio por lo que ahora las Fuerzas Armadas se enfocan a rentabilizar en lo social y en lo productivo los más de 540 mil millones de pesos ahí invertidos.
Lamenta sindicato ESSA “tiempos mochos” de 200 mdp. Supuestamente hoy habrá en Guerrero Negro una “megamovilización” de sindicalizados de la Empresa Exportadora de Sal, S.A., exigiendo “se mantenga” lo que no ha dejado de existir, es decir, los tiempos extra de trabajo bajo la administración del nuevo director, Moisés Poblanno.
A ver si no desbordan el Zócalo.
La cosa es que la directiva sindical de Luis Martín Pérez se resiste a perder una bolsita de cuando menos 200 milloncitos de pesos anuales en tiempos extra “mochos”. Es decir, si algún sindicalizado fuera convocado a una jornada laboral extra de 8 horas, pero trabajase solamente 16 minutos y se retirara a su casa o a jugar dominó, cobra completas las 8 horas con pago doble conforme a la ley. Buen negocio… a costillas de la rentabilidad de la paraestatal.
La directriz de Poblanno es que cualquier trabajador convocado a jornada extra tiene que trabajar la jornada extra completa para recibir el doble pago. Pero eso de trabajar duro para ganar mejor no entra en los usos y costumbres del líder sindical.
Pero vaya que se necesitará trabajo extra —de jornada completa—, pues la directiva de ESSA prácticamente terminó de colocar los 7 millones de toneladas que comprometió con diversos compradores para 2025, requiriendo elevar productividad, habilitar nuevo equipamiento y rehacer sus centros de distribución en Isla de Cedros, hoy casi en ruinas y que el Sindicato fue incapaz de alertar siquiera por interés propio.
Suerte con la “megamovilización” que desbordará el complejo lagunar Ojo de Liebre.
Jalisco-APIEJ: 300 mdd a parques industriales. La buena nueva es que la Asociación de Parques Industriales del Estado de Jalisco, que encabeza Bruno Martínez Zurita, junto con el gobernador Pablo Lemus, anunció una inversión superior a 300 millones de dólares en parques industriales este 2025 a través de 567 mil metros cuadrados ya urbanizados… de los cuales 38% cuentan ya con contratos de prearrendamiento.
La disponibilidad de espacios adecuados, seguros y ambientalmente sostenibles — especialmente en los 9 corredores en industriales de la zona metropolitana de Guadalajara— es vital para las empresas y así Jalisco pueda crecer 2.5% su PIB este año; es decir, más del doble esperado a nivel nacional.
Coppel, en los zapatos de los zapateros. A finales del año pasado se refrendó una de las alianzas industria-comercio más relevantes del país: la de la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (CICEG), que encabeza Mauricio Battaglia, y Grupo Coppel, que preside Agustín Coppel Luken, que vende 55 millones de unidades de calzado anuales a través de sus 1,800 tiendas que dirige el área comercial de esa agrupación a cargo de David Coppel.
Los zapateros de León han presentado permanentemente batallas contra la importación ilegal de calzado asiático, contra las prácticas desleales de comercio, la informalidad e impulsando políticas de financiamiento, productividad, innovación y promoción de productos fabricados y diseñados en México. Y como desde hace 30 años, Coppel es su aliado como el principal canal de comercialización nacional.