PESOS Y CONTRAPESOS

Ética y economía (2/3)

Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

En economía hay tres tipos de leyes. Naturales: anteriores y superiores al ser humano. Positivas: posteriores e inferiores al ser humano. Éticas: principios generales de conducta aplicados a la economía, como lo es el de respetar los derechos de los demás, respeto sin el cual los mercados no pueden funcionar, respeto que es la justicia.

El mercado es la relación de intercambio entre compradores y vendedores, cuyo resultado es un bien común. Bien porque ambas partes GANAN. Común porque AMBAS partes ganan. El mercado es una relación de cooperación entre los involucrados. Es un juego de suma positiva.

En el mercado encontramos dos tipos de derechos. En primer lugar los naturales, que nos corresponden por ser personas, a la libertad individual para producir, ofrecer y vender, para demandar, comprar y consumir; a la propiedad privada de los medios de producción necesarios para poder producir, ofrecer y vender (derecho que violan las expropiaciones), y de los ingresos necesarios para poder demandar, comprar y consumir (derecho que violan los impuestos). En segundo lugar los contractuales, que adquirimos voluntariamente por así haberlo acordado con alguien más, como es el caso de los derechos mercantiles: el derecho del comprador de recibir la mercancía comprada, que tiene como contrapartida la obligación del vendedor de entregarla, y el derecho del vendedor de recibir la paga por la mercancía vendida, que tiene como contrapartida la obligación del comprador de pagarla.

¿Qué se requiere (más allá de los elementos estrictamente económicos, desde la división del trabajo hasta el acuerdo entre oferente y demandante en torno al precio), para que los mercados operen? Que las partes involucradas respeten los derechos de los demás, que sean justos.

¿Qué se requiere para que los mercados sigan operando? Que las partes involucradas sean justas, que respeten los derechos de sus contrapartes, algo que harán, en primer lugar, por interés propio, por el beneficio que obtienen del intercambio, dado que cada una valora más lo que recibe que lo que da a cambio (referencia a la metáfora de la mano invisible de Adam Smith). Si el comprador quiere que el vendedor le siga vendiendo debe pagarle la mercancía vendida (debe respetar su derecho contractual), y si el vendedor quiere que el comprador le siga comprando debe entregarle la mercancía comprada (debe respetar su derecho contractual). Se trata de una autorregulación ética de los mercados, en función del propio interés de las partes involucradas.

¿Qué debe pasar si una de las partes actúa injustamente, si no respeta el derecho de su contraparte, si no cumple su parte del contrato de compra-venta, que puede ser explícito o implícito, pero que siempre existe? Que una autoridad, con la legitimidad y eficacia suficientes, lo obligue a cumplir. Si falló la ética (la conducta autónoma), debe operar la legalidad (la conducta heterónoma), lo cual me lleva a considerar los dos momentos de la justicia. La práctica de la justicia, que consiste en respetar los derechos de los demás, y que nos corresponde a todos, y la impartición de justicia, que consiste en castigar y obligar a resarcir a quien viole derechos, y que le corresponde al gobierno. La legalidad debe hacer valer la ética.

Continuará.

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