El fallecimiento del Papa Francisco nos muestra una vez más que a las personas las valoramos más después de su muerte, como está sucediendo con el Papa Francisco, de quien ahora sabemos que era admirado, incluso por Jorge Luis Borges, a quien consideró un hombre culto, de buenos sentimientos y que tenía más dudas que certezas.
El Papa Francisco, como buen jesuita, era un hombre culto y demasiado humano (diría Nietzsche), por ello hacía constantes referencias a los temas de la vida diaria, tanto en sus homilías como en documentos oficiales y discursos. Entre sus temas estaba la justicia para los más débiles, además de los siguientes:
En el año 2013 publicó su primera encíclica llamada Evangelii gaudium, (La alegría del evangelio) donde señaló la importancia de la justicia social y los derechos para los pobres, criticó los sistemas económicos y jurídicos que excluyen a los más vulnerables, pues fomentan las estructuras de inequidad, y señaló que los derechos humanos no se violan sólo por los actos terroristas, sino también por estructuras de inequidad, por ello las leyes deben de priorizar la equidad.
Magnicharters, de pena
En el año 2014, en un discurso en el Parlamento Europeo, advirtió contra la cultura del descarte, que margina a los débiles, y pidió leyes que protejan la vida desde su concepción hasta la vejez, enfatizó sobre la importancia de la justicia social en la política de los gobiernos.
En el año 2015 publicó su segunda encíclica llamada Laudato si (Alabado seas), en ella señaló que las leyes ambientales deben de garantizar un futuro sustentable y proteger el medio ambiente, y señaló que las leyes sólo deben ser redactadas si efectivamente existe la voluntad de que sean cumplidas, pues de lo contrario se impondrá la corrupción sobre las normas ecológicas.
En el año 2016 ofreció un discurso en la Asociación Internacional de Derecho Penal, donde señaló que los sistemas penitenciarios deberían priorizar por la rehabilitación más que por el castigo. Condenó la tortura y la pena de muerte como violaciones a la dignidad humana.
En el año 2020 presentó su tercera encíclica, llamada Fratelli tutti (Hermanos todos), en la cual hizo referencia al derecho internacional y a la justicia global; propuso fortalecer los organismos internacionales encaminados a resolver los conflictos y fomentar la paz. Criticó a los populismos que manipulan las leyes para dividir a la sociedad; señaló que las leyes internacionales deben garantizar la dignidad humana, especialmente la de los migrantes y refugiados.
El papa Francisco fue un hombre que estuvo muy actualizado en los temas sociales, y por ello su gran preocupación por los más desprotegidos, lo que lo llevó a polarizar con los gobiernos de todas las tendencias, desde la derecha hasta la izquierda, sin embargo, eso le generó un respeto internacional, debido a su integridad y coherencia moral.
Los temas más recurrentes fueron la corrupción, la migración, la economía y el derecho, todos ellos haciendo referencia a que se debe privilegiar a los más desprotegidos. La muerte del papa Francisco llegó cuando más se requiere de su presencia, pues ante la llegada del gobierno de Trump se requiere de fuertes contrapesos, sin el papa Francisco no hay nadie más en la escena mundial que lo sustituya, parece que el mundo se encuentra en una orfandad, más allá de la religión, pues su presencia era totalmente terrenal, por ello cada día sentiremos más su ausencia.
