A pesar de la inmensa expectativa de numerosos traspasos al Paris Saint-Germain, encabezados por el de Lionel Messi, era lógico que la plantilla no convenciera inmediatamente, pero mientras la mitad de temporada se aproxima, creo que han pasado suficientes partidos para que cierto nivel de preocupación sea justificado.
Los resultados no son alarmantes en lo absoluto, hasta el momento la campaña en liga ha sido aplastante, lo cual en París no es suficiente, aunque debemos recordar que el año pasado fueron sorpresivamente superados por el Lille en la batalla por el título. En la Champions League, los resultados no son ideales, sobre todo el empate en Brujas. No obstante, quedar detrás del Manchester City en el grupo no es ningún fracaso.
El funcionamiento es lo que verdaderamente preocupa, el equipo de Mauricio Pochettino logró vencer al City en París siendo ampliamente inferiores en el transcurso del encuentro, pero esta semana se demostró lo evidente en la victoria de los de Guardiola, probando que el PSG no está en el nivel de los verdaderos candidatos a levantar el título de la Liga de Campeones.
El juego colectivo parece no tener estructura, además la salida de balón contra presiones altas como las de los Citizens es defectuosa, resultando en constantes despejes desde atrás que limitan al tridente de ataque. El mediocampo sin Marco Verratti es mayormente incapaz de progresar la pelota o de generar una acción de peligro.
Es justificable tener problemas defendiendo al ataque del City, el cual podría ser categorizado como el más fluido del planeta, pero el problema para Pochettino es que su escuadra ha sufrido contra numerosos equipos contra los que en el papel no debería. Tanto en liga como en el partido en Brujas o ambos contra el Leipzig, la zaga del club francés ha mostrado pocas señales de solidez contra las delanteras rivales. En parte, esto podría ser resuelto con el regreso de un Sergio Ramos cerca de su mejor nivel.
Sin embargo, los impedimentos en el conjunto galo son estructurales, no de plantilla. Aun así, el trabajo del estratega argentino no es nada fácil, recordemos que el Tottenham de Pochettino presionaba desde el frente de ataque, lo cual ha sido imposible de emular en París, debido a la nula capacidad o disposición del tridente de implementar este juego de sacrificio.
Por más complicado que sea el manejo de egos junto con el desafío táctico que implique una plantilla así, hasta el momento el trabajo del técnico deja mucho que desear.
Cabe recalcar que el proceso de adaptación de Messi no ha sido para nada óptimo, además de estar plagado de lesiones. Independientemente de su falta de producción, el astro argentino no se ve cómodo, sin duda está teniendo el menor impacto en la cancha desde que era un adolescente. Es cierto que tiene 34 años y su apogeo sin duda ha terminado, no obstante es probable que siga siendo el mejor futbolista del planeta a pesar de las limitaciones que pueda tener en esta etapa de su carrera. Tuvo un año fantástico previo a su inesperada llegada al Parc des Princes, incluso es favorito para el Balón de Oro, el cual se celebrará el próximo lunes.
Los principales impedimentos son tácticos, el problema para el PSG es que se agota el tiempo para que todo haga “click”, ya que el segundo lugar en el grupo de Champions casi garantiza un oponente de alto calibre en la primera ronda de eliminación directa. El equipo parisino tiene hasta febrero para subir radicalmente el nivel colectivo en todos los sectores del campo para competir con escuadras como el Liverpool, Bayern o Chelsea, las que en este momento creo que despacharían fácilmente a los galos.
Aún más preocupante para el Paris Saint-Germain es el hecho de que este no es un proyecto a largo plazo, con la polémica y probable salida de Kylian Mbappé al Real Madrid el próximo verano, la edad de jugadores como Ramos, Messi y Di María, además de que Neymar ha dicho que no planea extender su carrera tanto como lo esperaríamos. Es cierto que el PSG tiene jugadores jóvenes junto con la capacidad financiera para recuperarse, sin embargo el tiempo es limitado para el proyecto más ambicioso de su historia.