La era del vacío jurídico

ANTINOMIAS

Antonio Fernández Fernández<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Antonio Fernández Fernández*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

“Los partidos extremistas están vendiendo humo”

Gilles Lipovetsky

E n 1983, Gilles Lipovetsky publicó su famoso libro La era del vacío, en el cual hace una crítica a la sociedad actual, en la que observa un cambio de paradigma, se abandonan las ideologías, se vuelve una sociedad flexible, con una indiferencia de las masas a las cuestiones sociales y una apatía política; importa más el individualismo, donde las personas buscan una identidad que no encuentran, se quiere lo inmediato, no existe la crítica ni la verdad, sólo importa el discurso de uno mismo, no se escucha a los otros, hay un cúmulo de información sin contenido, sólo datos sin análisis; se quiere la independencia por encima de todo.

Lipovetsky en muchos casos tiene razón, así hemos visto en los últimos años cómo los medios de comunicación y las redes sociales se adueñan del discurso y con ello de la verdad, así llegaron al poder Trump, en Estados Unidos; Johnson, en el Reino Unido, y Bolsonaro, en Brasil, entre muchos otros presidentes, con un discurso lleno de falsedades, de sinsentido, pero eficaz para lograr captar el interés de los votantes, los cuales, cuando perdieron, tomaron el Capitolio en EU, y en Brasilia las oficinas de la Presidencia, desconociendo la victoria de sus contrincantes y pasando por encima de la ley, sin importar las consecuencias.

En esta era que estamos viviendo se puede observar un desinterés por las leyes, pocos aceptan su aplicación y sus consecuencias sancionadoras, cada quien se cree con derechos por encima de la ley, cada uno quiere tener sus propias normas, las cuales son a su conveniencia, y sólo aceptan la ley cuando les es favorable a sus intereses, con lo cual se genera un desorden jurídico y se puede llegar a la anarquía o por el contrario a la dictadura.

Al tiempo que la sociedad ha construido un individualismo, se atenta contra el sentido general que tienen las leyes, hoy es más importante el juicio de los medios de comunicación y las redes sociales que lo que resuelvan los jueces, los cuales muchas veces se ven rebasados por los medios y adecuan sus sentencias a conveniencia de la opinión pública, pasando por encima de las disposiciones legales y violentando la seguridad jurídica que todo Estado debe de conservar.

En esta era del vacío, señala Lipovetsky, la sociedad cada vez respeta menos a las instituciones, llámese policía, ejército o iglesia, todas en alguna medida ya no representan un respeto ni tienen algún significado para las personas, por ello se cree cada vez menos en las leyes y en los juzgadores, el temor a la sanción inhibe cada vez menos el delito, y por esto mismo los asesinatos son más violentos y más despiadados.

El Estado moderno debe transformarse, transformar sus instituciones, sus leyes y sus órganos de justicia para que pueda retomar el orden y la seguridad jurídica, lo cual sólo se logrará cuando las personas vuelvan a creer en las leyes y que su respeto les brindará una mejor calidad de vida, si no se logra lo anterior, seguiremos desmoronando a las instituciones y cayendo en el vacío jurídico.

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