El nombramiento de Ulises Lara como encargado de despacho de la Fiscalía de la Ciudad de México tiene más repercusiones de lo aparente. No solamente es inusitado que una persona sin título en Derecho ocupe el cargo, sino que la manera en la que se llevaron a cabo los procesos antoja a pensar que la simulación es más importante que la efectividad.
Lara fue nombrado coordinador días antes de no ser ratificada Ernestina Godoy en el cargo y, en un acto milagroso, se expidió un título exprés. Es como hacer responsable de la educación del país a quien no sabe de matemáticas.
Godoy, cercana a AMLO, fue la fiscal de la CDMX desde el inicio de la administración hasta hace unos días, cuando no fue ratificada, en medio de un escándalo de plagio de tesis de licenciatura. Curiosamente, en los seis años previos el plagio existía, pero salió a la luz en medio de la contienda por la Presidencia de la República.
Antes del 9 de enero, cuando repentinamente se anunció el nombramiento, Lara contaba con una cédula de licenciado en sociología, dos de maestría y una de doctorado. Ninguno equivale a un título de licenciado en Derecho, requisito para fungir como Fiscal, de acuerdo con la Constitución de la CDMX. Tampoco suma cinco años de experiencia, que es otro criterio indispensable para el cargo.
Uno de los caminos para ser encargado de despacho es ser Coordinador General de Investigación Territorial, posición otorgada a Lara horas antes de la destitución de Godoy. Sin embargo, el milagro más apantallante es la expedición del título en Derecho a nombre de Lara.
A menos de cuatro días de haber sido designado como encargado de despacho, Lara obtuvo espontáneamente la cédula en la licenciatura de Derecho. En teoría, el transcurso de esos estudios fue en 2004, pero dicho recorrido no se encuentra en la trayectoria académica presentada en su nombramiento a cargo de Martí Batres.
Cabe resaltar que la institución que expidió ese título, el Centro Universitario Cúspide de México, es dirigida por Fernando Cordero Durán, exfuncionario del Gobierno capitalino y, de acuerdo con rumores, exchofer de Batres.
Morena estaba al tanto de la incapacidad de Lara para ser encargado y por ello urgió a Godoy para nombrarlo temporalmente como Coordinador para justificar la destitución. Con ello, Batres queda posicionado para lo que venga en la siguiente administración.
Los nombramientos arbitrarios y la intención de burlar requisitos es parte de la política mexicana. No obstante, el cinismo con el que ignoran la ley y agilizan procesos para blindarse de críticas mediáticas, solamente teje una manta de democracia, pero debilita lo que yace debajo de ella.
Utilizar una Fiscalía para movimientos políticos es banalizar el tema que más debe preocupar y que mayor atención debe recibir: la justicia. La pobreza nace en la disparidad social, pero se perpetúa en la injusticia.