Cabotaje, ¿cuestión bilateral?

PESOS Y CONTRAPESOS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Retomo el tema del antepasado Pesos y Contrapesos, el de la intención del gobierno mexicano de permitir el cabotaje de aerolíneas extranjeras. @jjnunez710704, vía Twitter, comentó lo siguiente: “Yo creo que es malo, pero por la asimetría: si Estados Unidos (ejemplo) puede hacer cabotaje en México, pero México no puede hacer cabotaje en Estados Unidos, es definitivamente malo. Pero si ambos países declaran cielos abiertos, puede ser bueno. Es como cuando empezó el TLC”. Opino lo contrario: el cabotaje, que es parte del libre comercio, no es una cuestión bilateral sino unilateral.

Hay libre comercio en los países en los cuales son los consumidores, sin ninguna intervención del gobierno, quienes comprando o dejando de comprar deciden la composición (el qué) y el monto (el cuánto) de las importaciones, de tal manera que se importa lo que los consumidores compran y en las cantidades que compran, importaciones que pueden ser de bienes y servicios, servicios entre los cuales se encuentra el del cabotaje aéreo, el de poder transportar personas y cosas entre distintos lugares de un país.

Supongamos un país cuyo gobierno practica el proteccionismo, antítesis del libre comercio, por lo que es el gobierno, y no lo consumidores, quien determina el qué (la composición) y el cuánto (el monto) de las importaciones, tanto de bienes como de servicios. ¿Qué es lo único que se necesita para lograr el libre comercio, para que sean los consumidores, comprando o dejando de comprar, quienes decidan la composición (el qué) y el monto (el cuánto) de las importaciones, tanto de bienes como de servicios? Lo único que se necesita es que el gobierno elimine las prácticas proteccionistas, lo cual se logra unilateralmente, porque dicha eliminación solo depende de ese gobierno, no de una negociación con un gobierno de otro país.

Lo ideal es que haya libre comercio en todos los países. Pero que la realidad se quede lejos del ideal no quiere decir que los gobiernos que realmente quieran beneficiar a sus ciudadanos en su calidad de consumidores no puedan, unilateralmente, hacer realidad el libre comercio, ya sea de bienes, ya de servicios, independientemente de que los gobiernos de otros países sigan practicando el proteccionismo.

Para, partiendo del proteccionismo, y la prohibición del cabotaje de aerolíneas extranjeras es proteccionismo, conseguir el libre comercio, no se necesita negociar un tratado de libre comercio con algún gobierno de algún otro país, sino desmantelar unilateralmente el proteccionismo, lo cual tendría dos consecuencias: más y mejor oferta para los consumidores nacionales; más y mejor competencia para los oferentes nacionales quienes, o se vuelven más competitivos, capaces de ofrecer a menor precio y/o con mayor calidad y/o con mejor servicio, o salen del mercado, como debe ser.

Más y mejor oferta para los consumidores nacionales y más y mejor competencia para los oferentes nacionales, ¿tiene algo de malo? No, sobre todo si consideramos que el fin de la economía y de las políticas económicas debe ser, no la mayor rentabilidad posible de las empresas nacionales, para lo cual ayuda el proteccionismo, sino el mayor bienestar posible de los consumidores, para lo cual es indispensable el libre comercio, incluido el cabotaje, cuestión unilateral, no bilateral.