Arturo Damm Arnal

¿Más estado de chueco?

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En el antepasado Pesos y Contrapesos (Condiciones de competencia), escribí que es preocupante que los sectores con mayores problemas de incompetencia sean estratégicos.

Como los de la energía (electricidad y petróleo), que proveen bienes y servicios al resto de las actividades económicas, incompetencia que se debe a que el gobierno no permite que cualquier empresario, nacional o extranjero, que quiera producir en cualquier sector de la economía, con capital nacional o extranjero, y/u ofrecer en cualquier mercado de la economía, producto nacional o importado, lo pueda hacer, lo cual implica reconocer plenamente, definir puntualmente y garantizar jurídicamente el derecho de los empresarios a la libertad individual para producir, ofrecer y vender, lo que supone aplicar el Estado de Derecho.

En el pasado Pesos y Contrapesos (Obstáculos para hacer negocios), pregunté hasta qué punto el gobierno cumple con su tarea esencial, aplicar el Estado de Derecho, y respondí que si el 72 por ciento de los obstáculos para hacer negocios en México tiene que ver con la desaplicación del mismo por temas de crimen (que es ausencia de Estado de Derecho y presencia de Estado de chueco), de falta de Estado de Derecho (que tiene que ver con el crimen y la corrupción), de corrupción (que también es ausencia de Estado de Derecho y presencia de Estado de chueco), y de incumplimiento de contratos (que igualmente es ausencia de Estado de Derecho y presencia de Estado de chueco), la respuesta es clara: el gobierno no está cumpliendo con su tarea esencial, por lo que es un gobierno inexistente, propio, no del Estado de Derecho, sino de su antítesis, el Estado de chueco.

El progreso económico, definido como la capacidad para producir más (dimensión cuantitativa) y mejores (dimensión cualitativa) bienes y servicios, para un mayor número de gente (dimensión social), depende del Estado de Derecho, que es el gobierno de las leyes justas que reconocen plenamente, definen puntualmente y garantizan jurídicamente los derechos de las personas, comenzando por los agentes económicos, comenzando por los empresarios. En materia de Estado de Derecho, según el Rule of Law Index 2022, México ocupa, entre 140 países, el lugar 115, con una calificación, de cero a diez, de 4.2. Pésimo lugar y pésima calificación que hacen del Estado de Derecho un Estado de chueco, mismo que, aunque parezca increíble, puede enchuecarse más.

El Gobierno Federal tiene la intención de reformar 23 leyes para poder incumplir contratos con la iniciativa privada, sin tener que resarcir por ello, se trate de adquisiciones u obra pública, se trate de empresas mexicanas o extranjeras, intención propia del Estado de chueco que enchuecaría, todavía más, el ya de por sí chueco Estado de chueco mexicano, restándole competitividad al país, que es la capacidad para atraer, retener y multiplicar inversiones directas, que producen bienes y servicios, crean empleos, generan ingresos, condiciones del bienestar.

¿Por qué será que, por cuarto año consecutivo, en el ranking global de los 25 países más atractivos para la inversión extranjera directa, de la consultora Kearney, México no aparece, cuatro años que corresponden a lo transcurrido de la 4T? ¿Será por el Estado de chueco?