Arturo Damm Arnal

Ciclos

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Una de las realidades de la economía, que más llama la atención, es el comportamiento cíclico de la producción y, con ella, de la creación de empleos, la generación de ingresos, y las posibilidades de mayor bienestar.

Partiendo de la tendencia a largo plazo de la producción, existen cuatro fases del ciclo económico: por arriba de la tendencia a largo plazo y al alza (expansión); por arriba de la tendencia a largo plazo y a la baja (recesión); por debajo de la tendencia a largo plazo y a la baja (depresión); por debajo de la tendencia a largo plazo y al alza (recuperación), ciclo que ha sido, con expansiones, recesiones, depresiones y recuperaciones más o menos prolongadas, más o menos perjudiciales (recesiones y depresiones), más o menos benéficas (recuperaciones

y expansiones), la regla.

¿Qué ocasiona los ciclos económicos? Si lo que tiene un comportamiento cíclico es la producción de bienes y servicios, y esta depende de las inversiones directas, y estas dependen, en buena medida, de la confianza de los empresarios para invertir directamente, los ciclos económicos dependen, en buena medida, de la confianza de los empresarios, que puede verse afectada (aunque no debería), por causas que se encuentran más allá de la economía, por ejemplo, en el campo de la gobernanza, que debe ser, más que democrática y republicana, conforme al Estado de Derecho, definido como el gobierno de las leyes justas, que reconocen plenamente, definen puntualmente y garantizan jurídicamente los derechos que, si realmente son tales, son los mismos para todos.

El tema de los ciclos viene a cuento por la siguiente pregunta: ¿de qué manera afectará, la actual etapa del ciclo político mexicano, la de la elección presidencial, a la etapa actual del ciclo económico que, según el Indicador Coincidente del INEGI, se encuentra en expansión: por arriba de la tendencia a largo plazo y al alza? Dicho de otra manera: ¿qué efecto tendrá el proceso electoral sobre la confianza de los empresarios, sobre las inversiones directas, sobre la producción de bienes y servicios?

En un país bien institucionalizado, en el cual lo que vale son las reglas del juego, y no los caprichos de los gobernantes, el ciclo político, sobre todo en la fase de la elección presidencial, no afecta la confianza de los empresarios, las inversiones directas, la producción, el empleo, el ingreso y el bienestar, porque gane quien gane, gracias a su marco institucional, que debe ser justo y eficaz, la economía seguirá su camino. En un país bien institucionalizado, que no es el caso de México, y que no lo será, al menos no en el futuro inmediato (siendo el capitalismo de compadres, el contubernio entre el poder político y el económico, los dos poderes integrantes de la cúpula del poder, una muestra de la falta de institucionalización y de la vigencia de lo que podemos llamar casuística en el mundo de los negocios).

Dentro de un año sabremos de qué manera el ciclo político, que está en fase elección presidencial, afectó al ciclo económico, que se encuentra en su mejor fase posible, expansión, por arriba de la tendencia a largo plazo y al alza, fase que conviene prolongar lo más posible y que podría ser interrumpida (¿cuál es la probabilidad de que lo sea?), por la fase del ciclo político, ciclos que, en un país bien institucionalizado, están separados, como debe ser.