Arturo Damm Arnal

Cinco preguntas

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Se inauguró uno de los tramos del Tren Maya que, junto con el Aeropuerto Felipe Ángeles y el Tren Transístmico, forma parte de las obras de infraestructura de transportes de la 4T, mismas que, por decir lo menos, han resultado polémicas.

Del Tren Maya lo primero que llama la atención es lo mal que se calculó el presupuesto original, 156 mil 292 millones de pesos. Según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad, el costo final será de 515 mil 762 millones, 359 mil 470 millones más, 230%. Nada más para 2024 están presupuestados 120 mil millones, 76.78% del presupuesto original. ¿Cómo es posible? Esta es una de las preguntas relacionadas con el Tren Maya. Otra pregunta tiene que ver con el costo de oportunidad de la construcción del tren. Los 515 mil 762 millones de pesos, que será el costo final, ¿a qué otro fin podrían haberse destinado? ¿Qué dejó de hacer el gobierno, sobre todo en materia de seguridad y de impartición de justicia, sus tareas esenciales, por haber gastado esos 515 mil 762 millones de pesos en la construcción del tren?

Para responder la pregunta anterior preguntémonos si es legítima tarea del gobierno jugarle al empresario, es decir, producir y ofrecer bienes y servicio a los consumidores. La legítima tarea del gobierno, la única que justifica el cobro de impuestos, es la impartición de justicia que consiste en prohibir la violación de derechos, prevenir su violación, castigar a quien los viole y obligarlo a resarcir. La legítima tarea del gobierno es impartir justicia a todos los ciudadanos, no ofrecer bienes y servicios a algunos consumidores. ¿Qué dejó de hacer el gobierno por haber gastado esos 515 mil 762 millones de pesos en la construcción del Tren Maya? Posibilidad: una más honesta y eficaz impartición de justicia, el gran pendiente de este gobierno, que lo convierte en un gobierno fracasado. Si el gobierno no debe jugarle al empresario, mucho menos debe jugarle el ejército, al que AMLO le ha encomendado la administración del Tren Maya, para garantizar un manejo honesto y eficaz, y para evitar su privatización en el futuro. (¿Por qué darle tanto poder económico al Ejército? ¿Será porque una dictadura dura hasta que los militares quieren, por lo que hay que tenerlos contentos?).

Ya construido el tren, ¿será rentable? De entrada cinco preguntas sobre el Tren Maya: ¿por qué el sobrecosto?; ¿cuál es su costo de oportunidad?; ¿debe el gobierno jugarle al empresario?; ¿debe el Ejército jugarle al empresario?; ¿será rentable?

Los campos de acción del gobierno (y no a partir de la 4T, sino desde sexenios anteriores), se han multiplicado de tal manera (convirtiéndolo en gobierno ángel de la guarda, con la intención de protegernos de todos los males, incluyendo los que podemos hacernos a nosotros mismos, y en gobierno hada madrina, con el propósito de concedernos todos los bienes, incluyendo los que debemos procurarnos nosotros mismos), que el mismo es la principal amenaza contra la libertad individual, la propiedad privada y la responsabilidad personal, lo cual debe llevarnos a preguntar, no qué puede hacer el gobierno, sino qué debe hacer. ¿Puede responderse objetivamente? En ello se juega el respeto a la libertad individual, la propiedad privada y la responsabilidad personal, el Estado de derecho, que es estado de justicia.