Confianza empresarial

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

El efecto inmediato de los resultados de la elección el 2 de junio, con la mayoría calificada para Morena en el Congreso de la Unión, que implica la desaparición de la división de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativo, fue la caída de la bolsa de valores (6.51% el lunes 3), y la depreciación del peso frente al dólar (3.62% ese mismo lunes), resultados de movimientos especulativos, lo cual quiere decir que tarde o temprano se darían los movimientos contrarios: alza en el índice bursátil y baja en el precio del dólar, como sucedió.

Del máximo tipo de cambio después de la elección ($18.78 el 12 de junio), al mínimo ($17.96 el 24), la apreciación fue 4.57%. Y del mínimo nivel del índice bursátil (51,807.55 puntos el 3 de junio), al máximo (54,447.25 el 6), el alza fue 5.10%.

En su momento dije que lo importante es el efecto que los resultados de la elección tienen sobre la confianza de los empresarios para invertir directamente, inversiones directas de las que dependen la producción de bienes y servicios, la creación de empleos, la generación de ingresos, el bienestar. Ayer el INEGI publicó el Indicador de Confianza Empresarial (ICE) para junio, por lo que ya tenemos la respuesta a la pregunta ¿cómo afectó, de manera inmediata, el resultado de la elección la confianza de los empresarios para invertir directamente?

El ICE es un índice que va de cero (total desconfianza) a cien (confianza total). Entre cero y cincuenta hay desconfianza (mayor más cerca de cero). Entre cincuenta y cien hay confianza (mayor más cerca de cien).

Este fue el ICE para invertir directamente en el primer semestre (calculo el promedio de los cuatro sectores considerados: manufactura, construcción, comercio y servicios privados no financieros). Entre paréntesis pongo el cambio porcentual con relación al mes anterior. Enero, 43.08 (más 0.19%); febrero, 40.40 (menos 6.22%); marzo, 42.35 (más 4.83%); abril, 40.55 (menos 4.25%); mayo, 39.95 (menos 1.43%); junio, 38.40 (menos 3.88%).

Como era de esperarse, dado el resultado de la elección, la confianza empresarial, en junio, resultó menor que en mayo, pero el descenso no fue nada del otro mundo. El promedio de los tres descenso anteriores (febrero, abril y mayo), fue 3.96% y el de junio fue 3.88%, ligeramente por debajo de ese promedio.

Lo preocupante no es que el ICE para invertir directamente haya bajado en junio. Lo preocupante es el bajísimo nivel que ha tenido de 2019 a 2024. 2019, 34.80 puntos. 2020, 20.30 puntos; 2021, 29.32 puntos; 2022, 32.80 puntos; 2023, 41.00 puntos; 2024 (enero a junio), 40.79 puntos, siempre en zona de desconfianza, por debajo de los cincuenta puntos.

Para darnos una idea más clara del efecto de la elección sobre la confianza de los empresarios para invertir directamente tendremos que esperar al 3 de septiembre cuando el INEGI publique los datos de la inversión en instalaciones, maquinaria y equipo, parte esencial de la inversión directa, para junio, misma que, hasta marzo pasado, último mes para el que tenemos información, venía creciendo cada vez menos: octubre, 22.1%; noviembre, 17.8%; diciembre, 13.8%; enero, 13.0%; febrero, 11.1%; marzo, 10.9%. Entre octubre y marzo la tasa de crecimiento de dicha inversión pasó de 22.1% a 10.9%, reducción de 11.2 puntos porcentuales, el 50.68%. ¿Qué habrá pasado en abril, mayo y junio?

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