Arturo Damm Arnal

Consumo y bienestar

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El fin de la economía es el bienestar, que depende, en buena medida, de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que se disponga, la mayoría de los cuales hay que comprar, por lo que el indicador, que el INEGI llama consumo privado, que mide la compra de bienes y servicios de las familias residentes en el país, es un buen indicador del consumo y del bienestar.

¿Cómo vamos en esta materia?

En términos mensuales, comparando cada mes con el mes anterior, en mayo el consumo privado decreció 0.3%. Un mes antes, en abril, creció 0.4%. Un año antes, en mayo de 2022, 0.0%. En ambas comparaciones los resultados de mayo significan retroceso.

En términos mensuales, durante los primeros cinco meses de este año, el consumo privado creció, en promedio mensual, 0.32%. A lo largo de los últimos cinco meses de 2022 creció lo mismo 0.32%. Hace un año, durante los primeros cinco meses de 2022, creció 0.48%. En la primera comparación ni avanzamos ni retrocedimos. En la segunda retrocedimos.

En términos anuales, comparando cada mes con el mismo mes del año anterior, en mayo el consumo privado creció 3.0%. Un mes antes, en abril, creció 3.3%. Un año antes, en mayo de 2022, creció 6.7%. En las dos comparaciones los resultados de mayo indican retroceso.

En términos mensuales, durante los primeros cinco meses de este año, el consumo privado creció, en promedio mensual, 3.82%. Durante los últimos cinco meses de 2022 creció 7.38%. Hace un año, a lo largo de los primeros cinco meses de 2022, creció 7.88%. En ambas comparaciones los resultados de mayo indican retroceso.

El índice de volumen físico del consumo privado (2013 = 100), en noviembre de 2019, ya con la recesión en marcha (en términos anuales, en el cuarto trimestre de aquel año, la economía decreció 0.6%), se ubicó en 118.3 unidades, en aquel entonces el máximo histórico. En mayo de 2020, en el momento más grave de recesión (en términos anuales, en el segundo trimestre de aquel año, la economía decreció 18.8%), el índice se ubicó en 87.1 unidades. A partir de junio de aquel año comenzó la recuperación, y fue en febrero de 2022 cuando se estableció, en 119.6 unidades, un nuevo máximo histórico, y fue en enero de 2023 cuando se alcanzó, en 125.0 unidades, el más reciente máximo histórico. En febrero el índice fue 123.7, en marzo 124.0, en abril 124.5, en mayo 124.1.

En términos mensuales, el consumo privado decreció 0.3%: menos 0.9% el de bienes nacionales, más 2.7% el de importados. En términos anuales creció 3.0%: menos 1.9% el de bienes nacionales, más 16.1% el de importados. Este buen resultado del consumo privado de bienes importados fue consecuencia de la apreciación del peso frente al dólar, tipo de cambio que en mayo pasó de 18.00 pesos por dólar a 17.74, baja del 1.44%.

Todo lo anterior para mayo, hace poco más de dos meses. ¿Qué habrá pasado en junio y julio? ¿Qué estará pasando en agosto? Parte de la respuesta la encontramos en la venta de autos ligeros en julio pasado que, en términos anuales, de 2020 a 2023, tuvo, para julio, este comportamiento: 2020, menos 31.27%; 2021, más 12.67%; 2022, más 1.75%; 2023, más 32.59%, con 110,843 unidades vendidas, todavía lejos del máximo histórico para un mes de julio, que se alcanzó en 2016, con 132,109 unidades.