Arturo Damm Arnal

Del dinero (10/15)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. 
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
 
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La historia del dinero es, en primer lugar, la historia de cómo, quienes lo han producido, acuñando monedas o imprimiendo billetes, han desvalorado, tanto monedas como billetes, traicionando la confianza de los agentes económicos, quienes responden a esa desvaloración aumentando precios, generando inflación.

¿Cómo puede compensarse el disponer de dinero con menos poder de compra? Con más dinero. ¿Y cómo puede obtenerse más dinero? Aumentando precios y, muy importante, que los consumidores estén dispuestos a pagarlos.

La historia del dinero es, en segundo lugar, la historia de cómo, quienes detentan el poder político, han monopolizado la producción de dinero, para traicionar la confianza de los agentes económicos, desvalorando monedas y billetes.

La historia del dinero es, en tercer lugar, la historia de la transición desde el dinero-satisfactor, producto del orden espontáneo, con valor intrínseco, ofrecido de manera competida por particulares, y con la libertad de los agentes económicos para aceptarlo o rechazarlo, hasta el dinero fiduciario, producto del diseño humano, sin valor intrínseco, ofrecido monopólicamente por entidades estatales (bancos centrales), e impuesto por ley (por la fuerza), como único dinero de curso legal, transición que supone pasar de la tesis a su antítesis.

Ya vimos de qué manera, quienes acuñan monedas y/o imprimen billetes, desvaloran billetes y monedas, traicionando la confianza de los agentes económicos, desvaloración que no puede repararse fácilmente.

Si el acuñador, en la segunda ronda de acuñación, acuñó monedas DAMM desvaloradas, con solo medio gramo de plata pura, y estas ya están intercambiándose en el mercado, ¿cómo puede corregirse tal situación? La única manera es retirando del intercambio las monedas DAMM desvaloradas, con solo medio gramo de plata pura, y sustituirlas por monedas DAMM a la equivalencia original, con un gramo de plata pura, para lo cual, quienes tienen en su poder monedas DAMM desvaloradas, tienen que ir con el acuñador para que se las cambie por monedas DAMM a la equivalencia original. ¿Qué tan probable es que esto suceda? Si no hay un poder capaz de obligar al acuñador a hacerlo, poco.

Si el impresor, en la segunda ronda de impresión, imprimió billetes DAMM desvalorados, equivalentes a media moneda DAMM, a medio gramo de plata pura, y estos ya están intercambiándose en el mercado, ¿cómo puede corregirse tal situación? La única manera es que el impresor consiga la cantidad de monedas DAMM adicionales para respaldar cada billete DAMM con una moneda DAMM, con un gramo de plata pura. ¿Qué tan probable es que esto suceda? Si no hay un poder capaz de obligar al impresor a hacerlo, poco.

Si no existe ese poder capaz de obligar al impresor a hacer lo señalado, lo que puede suceder (como de hecho sucedió) es que, arbitrariamente, se imponga una nueva equivalencia, distinta de la original, y ahora un billete DAMM equivalga a media moneda DAMM, a medio gramo de plata pura. Arbitrariamente se normaliza la arbitrariedad. Injustamente se normaliza la injusticia, la violación del derecho de propiedad privada sobre el poder adquisitivo íntegro (un gramo de plata pura por cada DAMM, ya sea moneda, ya sea billete), del dinero.

Continuará.