Arturo Damm Arnal

Las dos reformas (4/5)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Mi propuesta de reforma tributaria es a favor del impuesto único (uno solo), homogéneo (la misma tasa en todos los casos), universal (sin excepción, ni de objeto, ni de sujeto, gravable), no expoliatorio (destinado a financiar únicamente las legítimas tareas del gobierno, relacionadas con la impartición de justicia), a la compra de bienes y servicios para consumo final (no a la compra de bienes y servicios para consumo intermedio, no directamente al ingreso, no al patrimonio).

Si en el 2022 el Gobierno se hubiera limitado a la realización de sus legítimas tareas, las relacionadas con la impartición de justicia (prohibir violar derechos, prevenir su violación, castigar al violador, obligarlo a resarcir a la víctima), con un impuesto único, homogéneo, universal, no expoliatorio, a la compra de bienes y servicios para el consumo final, de 1.67 por ciento, hubiera sido suficiente, lo cual nos da una idea de lo que nos cuesta un gobierno que hace mucho más de lo que debe, no limitándose a garantizar derechos (que realmente lo sean, punto importante), sino a satisfacer necesidades y defender intereses, para lo cual debe redistribuir el ingreso.

Soy consciente de que, dado que el gobierno no se limitará a la realización de sus legítimas tareas, mi propuesta de reforma tributaria, en lo relacionado con lo de “no expoliatorio”, con el impuesto destinado a financiar únicamente las legítimas tareas del Gobierno, y con lo de “a la compra de bienes y servicios para consumo final”, sin gravar la compra de bienes y servicios de uso intermedio, es utópica, por lo que propongo, en su lugar, el impuesto único, homogéneo, universal, a la compra de todos los bienes y servicios, eliminando lo de “no expoliatorio” y lo de “bienes y servicios para consumo final”.

¿A qué tasa tendría que haberse cobrado ese impuesto el año pasado para financiar todo el gasto programable del sector público federal? 13.89 por ciento. Con un solo impuesto, homogéneo y universal, a la compra de todos los bienes y servicios, de 13.89 por ciento, hubiera alcanzado para financiar todo el gasto programable del sector público federal. Hoy, nada más por concepto de IVA, pagamos 16 por ciento.

La reforma fiscal correcta (lo fiscal abarca desde ingresos hasta gastos), antes de preguntarse qué impuestos cobrar, a qué tasa cóbralos, y a quiénes cobrárselos, debe preguntarse en qué, cuánto y cómo gasta el gobierno, siendo que gasta en lo que no debe, por lo cual gasta de más, y en muchos casos de mala manera, preguntas que se sintetizan en ésta: ¿qué debe hacer el gobierno? Teniendo la respuesta tendría que calcularse a qué tasa debería cobrarse el impuesto único, homogéneo, universal, no expoliatorio, a la compra de bienes y servicios para el consumo final, nada de lo cual se hará en México, por lo que, de manera menos ambiciosa, preguntemos a qué tasa debería cobrarse el impuesto único, homogéneo, universal, a la compra de todos los bienes y servicios, para financiar todo el gasto del gobierno. Para el año pasado la respuesta es: 13.89 por ciento.

Aceptando que la propuesta a favor del impuesto único, homogéneo, universal, no expoliatorio, a la compra de bienes y servicios para el consumo final, es utópica, ¿qué tan realista es la que favorece el impuesto único, homogéneo, universal, a la compra de todos los bienes y servicios?

Continuará.