Escenario económico 2020

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
Arturo Damm Arnal La Razón de México

Una manera de responder la pregunta cómo va la economía es analizando el comportamiento de la demanda y oferta agregadas.

La demanda agregada es la suma de las demandas de todos los grupos de agentes económicos que hay en una economía: familias, empresas, gobierno y extranjeros. A la demanda de las familias se le llama consumo, a la de las empresas inversión, a la del gobierno gasto gubernamental, a la de los extranjeros exportaciones, de tal manera que demanda agregada = consumo + inversión + gasto gubernamental + exportaciones.

La oferta agregada es la suma de lo producido en el país, el producto interno bruto, más las importaciones, menos las exportaciones (ya que no todo lo producido en el país se ofrece en el país porque una parte se exporta), de tal manera que la oferta agregada = producto interno bruto + importaciones – exportaciones.

Ya tenemos los datos de la demanda y la oferta agregadas para 2020. Por falta de espacio destaco lo más importante, relacionado con la pregunta cómo afectó la recesión al consumo, la inversión, el gasto gubernamental, las exportaciones, el producto interno bruto, las importaciones.

En 2020, comparando con 2019, por el lado de la demanda agregada el consumo se contrajo 10.4 por ciento, la inversión 18.2, las exportaciones 7.3, y el gasto gubernamental aumentó 2.3.

Por el lado de la oferta agregada, en 2020, en comparación con 2019, el producto interno bruto decreció 8.2 por ciento, las importaciones 14.8, y las exportaciones 7.3.

Organizando del peor al mejor resultado este es el orden: inversiones de las empresas menos 18.2 por ciento; importaciones menos 14.8 por ciento; consumo de las familias menos 10.4 por ciento; producto interno bruto menos 8.2 por ciento; exportaciones menos 7.3 por ciento; gasto gubernamental más 2.3.

El que hayan sido las inversiones las que registraron la mayor caída es preocupante porque de ellas dependen la producción de bienes y servicios, la creación de empleos (para producir alguien debe trabajar), y la generación de ingresos (a quien trabaja se le paga), empleos e ingresos de los cuales depende el bienestar de las personas.

De las seis variables consideradas, en el cuarto trimestre de 2020, el nivel de las inversiones fue similar al del segundo trimestre del 2010; el del consumo al del segundo del 2017; el de las exportaciones al del segundo del 2019; el de las importaciones y el producto interno bruto al del primero del 2020, y el del gasto gubernamental al del segundo del 2020.

Nuevamente, el que hayan sido las inversiones las que registraron, no solo la mayor contracción, sino también el mayor retroceso, por todo lo que depende de ellas (producción, empleos e ingresos, y por ello bienestar), resulta preocupante, preocupación que no comparte la 4T, lo cual resulta más preocupante.

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