Arturo Damm Arnal

Expectativas 2024, 2025 (1/4)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La mayoría de las preguntas que nos hacen a los economistas tienen que ver con el futuro: ¿qué pasará con el tipo de cambio peso-dólar?, ¿qué pasará con las tasas de interés?, ¿qué pasará con los precios de las acciones?, etc. Nos confunden con adivinos.

Afirma John Kenneth Galbraith en su libro Historia de la Economía, que “la economía, tal y como hoy se la teoriza, alienta una obsesiva preocupación por el futuro”, que “la característica más común del futurólogo económico no es la de saber, sino la de no saber que no sabe”, y que “su máxima ventaja es que todas sus predicciones, acertadas o inexactas, se olvidan con rapidez”.

Ejemplo de lo que dice Galbraith lo tenemos, entre otras, en la Encuesta sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, que mes tras mes levanta el Banco de México, muestra de “una obsesiva preocupación por el futuro”, algo muy humano. ¿Quién no quisiera conocer el futuro, conocimiento del cual, sobre todo si es exclusivo, podría sacarse un beneficio enorme? Si yo supiera cuál va a ser el tipo de cambio peso – dólar en cualquier momento futuro, sabría en qué momento comprar dólares (y vender pesos), y en qué momento venderlos (y comprar pesos), y rápidamente me volvería millonario. El hecho (¿problema?) es que no lo sé. Y como yo, todos los demás.

La mentada encuesta es también la muestra de que “la característica más común del futurólogo económico no es la de saber, sino la de no saber que no sabe”. Por ejemplo, en la encuesta de diciembre de 2021, tomando como referencia el promedio de las 37 respuestas recibidas, la expectativa de crecimiento económico para el 2022 fue 2.79%. El crecimiento observado en 2022 fue 3.95%, 1.16 puntos porcentuales mayor, el 41.58%.

Lo mismo sucedió con la expectativa de inflación, que según el promedio de las 37 respuestas recibidas por el banco central en la encuesta de diciembre de 2021, en 2022 sería del 4.22%. La inflación observada fue 7.82%, 3.60 puntos porcentuales mayor, el 85.31%.

Comparando las expectativas de crecimiento (dinamismo de la economía), e inflación (estabilidad de la economía), de los economistas encuestados por el Banco de México en diciembre de 2021, con los datos observados en 2022, las mismas fallaron por 41.58% en materia de crecimiento y por 85.31% en materia de inflación.

Lo dicho, somos economistas no adivinos, distinción que se refuerza si tenemos en cuenta que, en diciembre de 2021, considerando el promedio de las 37 respuestas recibidas en la encuesta, la expectativa de crecimiento para 2022 fue 2.70% y la de inflación 4.22%. En materia de crecimiento la expectativa más pesimista fue 1.90% y la más optimista 4.00%, una diferencia de 2.1 puntos porcentuales, el 110.53%. En materia de inflación la expectativa más pesimista fue 7.01% y la más optimista 3.41%, una diferencia de 3.6 puntos porcentuales, el 105.57%.

Si los economistas fuéramos capaces de predecir el futuro (predecirlo con exactitud), no habría diferencia alguna entre las predicciones de distintos economistas, que serían las mismas, algo que, como acabamos de ver, no sucede, ni sucederá.

Más importante: si fuéramos capaces de predecir con exactitud el futuro, lo último que haríamos sería compartir esa información, de la cual, teniéndola en exclusiva, podríamos sacar un provecho enorme.

Continuará.