De la inversión al consumo

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
Arturo Damm Arnal La Razón de México

Seis son las principales actividades económicas, divididas en dos grupos. En el primero están la producción, oferta y venta de bienes y servicios. En el segundo la demanda, compra y consumo de satisfactores. Lo que une a los dos grupos es el mercado, la relación de intercambio entre compradores y vendedores: si los oferentes venden es porque los demandantes compran.

Al inicio del proceso económico está la producción y al final el consumo, siendo la primera el medio y el segundo el fin, por lo que se produce para consumir.

Antes de la producción de satisfactores están las inversiones directas que se destinan a producir bienes y servicios, a crear empleos (para producir alguien tiene que trabajar), y a generar ingresos (al que trabaja se le paga), inversiones directas de las que forma parte importante la inversión fija bruta en instalaciones, maquinaria y equipo, que proporciona la infraestructura física para poder llevar a cabo la producción de satisfactores, producción que es el medio para el consumo, que es el fin del proceso económico.

En 2020 la inversión fija bruta decreció, con relación al 2019, 18.5 por ciento, lo cual quiere decir que si en 2019 se invirtieron en instalaciones, maquinaria y equipo 100 pesos, en 2020 se invirtieron únicamente 81.5 pesos. En diciembre de 2020 el nivel de inversión fija bruta fue similar al de noviembre de 2009. De tal magnitud fue el retroceso.

En materia de inversión fija bruta en 2020 no llovió sobre mojado, diluvió sobre inundado. ¿Por qué? Porque en 2019, comparando con 2018, antes de que apareciera el Efecto Covid-19, la inversión fija bruta se contrajo 4.6 por ciento, consecuencia del Efecto 4T.

Por su parte, en el otro extremo del proceso económico, tenemos que en 2020, comparando con 2019, el consumo, medido por la compra de bienes y servicios, resultó 11.1 por ciento menor, lo que significa que si en 2019 las familias compraron 100 pesos de bienes y servicios, en 2020 compraron solamente 88.9 pesos, con el perjuicio que ello supuso para el bienestar de las familias que depende, entra otras variables, de la cantidad de bienes y servicios de los que disponen. En diciembre de 2020 el nivel del consumo fue similar al de enero de 2016.

En materia de consumo en el 2020 no diluvió sobre inundado, pero sí llovió sobre mojado. La razón es que en 2019, comparando con el 2018, el consumo se contrajo 0.93 por ciento, resultado del Efecto 4t.

En dos ocasiones mencioné el Efecto 4T. ¿A qué me refiero? A la desconfianza que la 4T ha generado entre los empresarios, lo que se ha traducido en una fuerte caída de las inversiones directas, por lo tanto del empleo y del ingreso, por lo tanto de la compra de satisfactores y del consumo, por lo tanto del bienestar.

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