Inversiones directas

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal&nbsp;<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Arturo Damm Arnal *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

En el anterior Pesos y Contrapesos (https://www.razon.com.mx/opinion/columnas/arturo-damm-arnal/formal-466687), escribí que para generar más empleos y mejor pagados, ¡el principal reto en materia de bienestar!, se requiere que, dado un mínimo de productividad de los trabajadores, aumenten las inversiones directas hasta que, de manera generalizada, la demanda de trabajo de parte de los empleadores sea mayor que su oferta de parte de los trabajadores. La clave está en las inversiones directas.

Las inversiones directas, ID, son las que producen bienes y servicios, con los que satisfacemos nuestras necesidades; crean empleos, ya que para producir alguien debe trabajar; generan ingresos, ya que a quien trabaja se le paga; empleos e ingresos (no dádivas gubernamentales), de los que debe depender el bienestar de las personas.

Una parte importante de la ID es la Inversión Fija Bruta, IFB, en instalaciones, maquinaria y equipo, ya que proporciona la infraestructura física (equipo, maquinaria, instalaciones), para llevar a cabo la producción (fabricas) y oferta (comercios) de bienes y servicios. El comportamiento de la IFB es un buen indicador del comportamiento de la ID.

El INEGI publicó el Indicador Mensual de la Inversión Fija Bruta para octubre y, en términos mensuales, comparando cada mes con el mes anterior, la IFB creció 0.0 por ciento. En términos anuales, comparando cada mes con el mismo mes del año anterior, creció 7.6 por ciento.

En términos mensuales la IFB sumó dos meses, o con crecimiento negativo (1.6 por ciento) en septiembre, o sin crecimiento (0.0 por ciento) en octubre.

En términos anuales sumó tres meses con crecimiento cada vez menor: julio, 16.3 por ciento; agosto, 12.2; septiembre, 10.8; octubre, 7.6, menor crecimiento que es la consecuencia del agotamiento del Efecto Rebote, que se inició en abril, con un crecimiento anual de la IFB del 40.3 por ciento, menor crecimiento que se va acercando a la normalidad, que para la IFB supone crecimientos anuales de más/menos 2.5 por ciento. En 2018, antes de la aparición de las presiones recesivas ocasionadas por los efectos 4T y Covid, el crecimiento promedio mensual de la IFB fue 2.3 por ciento.

Para darnos una idea del reto que tenemos en materia de ID, y por lo tanto de IFB, tengamos en cuenta que el nivel de ésta, en octubre pasado, fue similar al de febrero de 2011, lo cual significa un retroceso de más de diez años.

El principal reto en materia económica es el de la ID, en general, y el de la IFB, en particular, inversiones que deben ser, principalmente, del sector privado, no del gobierno, cuyas inversiones deben ser, cuando realmente deban serlo, complementarias de las del sector privado, nunca sustitutas.

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