Arturo Damm Arnal

Mal: de cuatro una

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En esta columna analizaré en términos mensuales, comparando cada mes con el mes anterior, la mejor manera de responder a la pregunta ¿cómo va la economía?

En el Pesos y Contrapesos del miércoles analicé, a partir del Indicador Global de la Actividad Económica, el comportamiento de la producción de bienes y servicios, variable con la que se mide el crecimiento de la economía. En términos mensuales en abril la actividad económica creció 1.1 por ciento. En mayo decreció 0.2. Pasamos de crecimiento a decrecimiento, mal.

En el Pesos y Contrapesos del jueves analicé, partiendo de la Información Oportuna sobre la Balanza Comercial de Mercancías de México, cómo se comportaron exportaciones e importaciones. En términos mensuales en mayo las exportaciones crecieron 5.3 por ciento. En junio 2.5. Mantuvimos el crecimiento, bien. En términos mensuales en mayo las importaciones crecieron 5.8 por ciento. En junio 5.7. Mantuvimos el crecimiento, bien.

Hoy analizo el mundo laboral, empleos e ingresos.

En mayo la tasa de desempleo (personas mayores de 15 años que buscan trabajo sin encontrarlo), fue 3.3 por ciento de la población económicamente activa (personas mayores de 15 años que tienen trabajo o buscan trabajo). En junio permaneció igual.

En mayo la tasa de subocupación (personas que, teniendo trabajo, tienen la necesidad y disponibilidad de trabajar más, sin la oportunidad de hacerlo), fue 8.5 por ciento de la población ocupada. En junio fue 8.9, mayor, mal.

En mayo la tasa de ocupación parcial (personas que trabajaron menos de 15 horas a la semana) más desocupación (personas mayores de 15 años que buscaron trabajo sin encontrarlo), fue 9.1 por ciento de la población económicamente activa. En junio fue 9.4, mayor, mal.

En mayo la tasa de condiciones críticas de ocupación (personas que trabajan menos de 35 horas semanales, o más de 35 ganando hasta un salario mínimo, o más de 48 ganando hasta dos salarios mínimos), fue 30.5 por ciento de la población ocupada. En junio fue 30.7, mayor, mal.

En mayo la tasa de informalidad laboral (personas laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan, más aquellas cuya relación laboral no está reconocida por su fuente de trabajo), fue 55.6 por ciento de la población ocupada. En junio fue 55.8, mayor, mal.

Salvo por el desempleo, que en junio fue el mismo que en mayo, la subocupación, la ocupación parcial más desocupación, las condiciones críticas de ocupación, y la informalidad laboral, fueron mayores en junio que en mayo, lo cual generó menor bienestar, en un país en el cual el bienestar de la mayoría deja mucho que desear, todo esto considerando solamente una de las dos variables que, de manera directa, determinan el bienestar de las personas, el empleo. La otra variable es el ingreso, en la cual la situación está peor que en el empleo.

En mayo el 75.6 por ciento de la población ocupada ganó hasta tres salarios mínimos (518.61 pesos diarios). En junio fue el 76.3, mayor, mal.

Triple reto: más empleos, en el sector formal, mejor pagados.

De las cuatro variables analizadas esta semana (actividad económica, comercio exterior, empleo, ingresos), solamente en una, comercio exterior, hubo buenos resultados.

Una de cuatro, mal.