Arturo Damm Arnal

Pobreza y empobrecimiento

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Dediqué los dos anteriores Pesos y Contrapesos al tema de la pobreza, destacando, con la información proporcionada por el Coneval en el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022.

Comparando 2020 con 2018, el aumento del 22.86% de la población cuyo ingreso no alcanzó para comprar la canasta básica alimentaria; el incremento del 21.43% de la población en condición de pobreza extrema; el alza del 11.25% de la población cuyo ingreso no alcanzó para comprar la canasta básica general, todo relacionado con el empobrecimiento.

La pobreza, definida, desde el punto de vista de su efecto, como la insuficiente disposición de bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades, no tiene causas, y no las tiene porque es la condición original del ser humano en este planeta. Escribo original, y no natural, porque si hubiera sido natural, desde el momento en el que la naturaleza impone límites, no hubiéramos sido capaces de superarla, y si de algo hemos logrado, sin negar lo mucho que falta por hacer, (México es muestra de ello), ha sido superarla. Hoy la disposición de bienes y servicios, en términos de cantidad, calidad y variedad, para quienes pueden pagar su precio, es mayor y mejor que en cualquier otro momento.

Lo de para quienes pueden pagar su precio tiene que ver con la definición de pobreza desde el punto de vista de su causa: la incapacidad para, gracias al trabajo propio, generar ingreso suficiente que permita la compra, en cantidad, calidad y variedad adecuadas, de los bienes y servicios necesarios para satisfacer correctamente las necesidades, comenzando por las básicas que, de quedar insatisfechas, atentan contra la salud, la vida y la dignidad.

La pobreza, por ser la condición original del ser humano en este planeta, no tiene causas, pero lo que sí las tiene es el empobrecimiento, “la acción y efecto de empobrecer o empobrecerse”, empobrecer que consiste en “el hacer que alguien (habiendo salido del mismo) venga al estado de pobreza”. Y de esto, de empobrecimiento, nos hablan los datos del Coneval referidos en el primer párrafo: aumento de la pobreza.

El empobrecimiento puede tener varias causas, que podemos dividir en dos: naturales y humanas. Naturales: terremotos, inundaciones, epidemias, etc. Humanas: Estado de chueco (antítesis del Estado de Derecho), guerras y malas políticas económicas (que son parte del Estado de chueco). La prevención puede minimizar la probabilidad de empobrecimiento por causas naturales, y el buen gobierno (¿iluso?), en el caso del Estado de chueco, la buena voluntad (¿soñador?), en el caso de las guerras, y la buena economía (¿idealista?), en el caso de las malas políticas económicas, pueden eliminar el empobrecimiento por causas humanas.

El empobrecimiento de 2020 tuvo causas naturales, el Covid, y humanas, las malas políticas económicas de la 4T, comenzando por las relacionadas con el manejo del Covid, en concreto el cierre parcial de la economía en abril y mayo de 2020, y la negativa del gobierno de ayudar a empresas y/o familias.

En el caso de México irá desapareciendo la causa natural del reciente empobrecimiento, pero permanecerán las humanas, las malas políticas económicas de la 4T, parte del Estado de chueco, que urge enderezar para convertirlo en Estado de Derecho.