Primeras reacciones (2/2)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

¿Por qué es importante el estado de ánimo (el espíritu animal del que hablo Keynes), de los empresarios, nacionales y extranjeros, para la economía en general y para el bienestar en particular? Porque de ello dependen las inversiones directas y todo lo que depende de éstas.

Las inversiones directas son las que se destinan a producir bienes y servicios, con los que satisfacemos nuestras necesidades y con la que se mide el crecimiento de la economía; a crear empleos, porque para producir alguien debe trabajar; a generar ingresos, porque a quien trabaja se le paga por hacerlo; empleos e ingresos que, si el bienestar ha de ser producto de la generación personal de ingreso, no de la redistribución gubernamental del mismo, son condiciones para conseguirlo. Todo esto depende de las inversiones directas, que dependen de la confianza de los empresarios.

¿Cómo saber cómo afectó el triunfo de Morena, sobre todo la posibilidad de lograr la mayoría calificada en las dos cámaras del Congreso de la Unión (habrá que ver qué pasa con el asunto de la sobrerrepresentación, lo que sabremos hasta finales de agosto), a la confianza de los empresarios para invertir directamente?

En primer lugar por el Indicador de Confianza Empresarial del INEGI, cuya próxima publicación, con los datos para junio, aparecerá el 1 de julio, confianza empresarial que en mayo, en escala de 0 (total desconfianza) a 100 (total confianza), para invertir directamente, se ubicó en 39.95 puntos, más cerca del 0 que del 100: enero, 43.08; febrero, 40.40; marzo, 42.35; abril, 40.55; mayo, 39.95. Promedio enero – mayo: 41.27 puntos, muy bajo.

En segundo lugar, más importante que el Indicador de Confianza Empresarial, por la inversión fija bruta, que se realiza en instalaciones, maquinaria y equipo, y que proporciona la infraestructura física para llevar a cabo la producción de bienes y servicios, la creación de empleos y la generación de ingresos, por lo que es un buen indicador del comportamiento de la inversión directa, misma que, en términos anuales, ha venido creciendo cada vez menos. En promedio mensual, en el último trimestre de 2023, creció 17.90%: octubre, 22.1%; noviembre, 17.8%; diciembre, 13.8%. Durante el primero del 2024 creció 11.67%: enero, 13.0%; febrero, 11.1%; marzo, 10.9%. Será hasta el 3 de septiembre cuando el INEGI publique los datos de la inversión fija bruta para junio, por lo que será hasta entonces cuando sepamos, con más certeza, cómo afectó el triunfo de Morena la confianza empresarial, sobre todo para invertir directamente en el país.

El lunes 3, con los resultados preliminares de la elección, con el contundente triunfo de Morena, el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores registró la mayor pérdida del año, 6.5%, alcanzándose el mínimo anual, al tiempo que el peso se depreció 3.1% frente al dólar, la mayor depreciación del año, alcanzándose el máximo anual, comportamientos que mostraron la reacción de quienes, en el mercado accionario y cambiario, especulan con el precio de las acciones y el tipo de cambio, no la confianza de los empresarios para invertir directamente en el país, que es lo más importante, por todo lo que depende de las inversiones directas: producción de bienes y servicios, creación de empleos, generación de ingresos, bienestar.