Con relación a las reservas del Banco de México, que suman 193 mil 214 millones de dólares, hay que decir, para empezar, tres cosas.
Primera: esos dólares no son de los mexicanos (a nosotros no nos toca ni uno solo), ni tampoco del gobierno (tampoco le toca ni uno solo), sino del Banco de México, el banco central del Estado mexicano, autónomo frente al gobierno (véase el párrafo sexto del artículo 28 constitucional).
Segunda: el Banco de México no puede disponer de esas reservas como crea más conveniente, sino como se establece en el Capítulo IV, de la Reserva Internacional y el Régimen Cambiario, de la Ley del Banco de México.
Tercera: esos dólares no respaldan, como creen algunos, al peso. Si así fuera el Banco de México tendría la obligación legal de entregarle, a quien le presentara un peso, una determinada cantidad, FIJA, de dólares, digamos, 0.05 dólares por peso, de tal manera que un dólar equivaldría, SIEMPRE, a veinte pesos, y un peso equivaldría, SIEMPRE, a 0.05 dólares, lo cual no sucede, ni es probable que vaya a suceder.
Hay quienes creen que el Gobierno Federal debería usar las reservas del Banco de México para liquidar deuda externa, creencia que plantea dos preguntas: ¿se puede?, y si se pudiera, ¿cómo tendría que hacerse?
¿Pueden usarse las reservas de dólares del Banco de México para liquidar deuda externa del Gobierno Federal? No. En el artículo 18 de la Ley del Banco de México leemos que el banco “contará con una reserva de activos internacionales, que tendrá por objeto coadyuvar a la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional mediante la compensación de desequilibrios entre los ingresos y egresos de divisas del país”. No se menciona, como uno de sus objetivos, la liquidación de pasivos. Y el Banco de México debe hacer solo lo que la ley le indica.
Supongamos que sí pudieran usarse las reservas del Banco de México para que el gobierno liquide deuda externa, ¿cómo tendría que hacerse? Dado que esos dólares son del Banco de México, no del gobierno, y dado que el Banco los compró, si el gobierno pudiera y quisiera usarlos para pagar deuda externa tendría que comprárselos al Banco de México, al tipo de cambio del día. No podría disponer de ellos gratuitamente.
Sin duda que los 193 mil 214 millones de dólares de la reserva de activos internacionales del Banco de México son un apetecible botín para cualquier gobierno cuya tendencia al gasto sea infinita. En el caso de México la ley es muy clara: esos dólares no pueden usarse para pagar deuda, sino para coadyuvar a la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional, mediante la compensación de desequilibrios entre los ingresos y egresos de divisas del país, según lo decida la Comisión de Cambios, que es la autoridad en la materia.