Arturo Damm Arnal

Del salario mínimo (1/3)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La teoría económica convencional enseña que la fijación de un salario mínimo, que el Gobierno impone por arriba del salario de equilibrio, al que se iguala la cantidad ofrecida con la demanda de trabajo, genera una mayor cantidad ofrecida de trabajo de parte de los trabajadores (les resulta más atractivo, dado el mayor salario que se les pagará, ofrecer trabajo), y una menor cantidad demandada de trabajo de parte de los empleadores (les resulta menos atractivo, dado el mayor salario que pagarán, demandar trabajo), por lo que la fijación de un salario mínimo, y su aumento, no beneficia a todos, sino a los que sí consiguen empleo.

En los últimos cinco años, éste ha sido el aumento al salario mínimo en México: 2019, 16.2%; 2020, 20.0%; 2021, 15.2%; 2022, 22.0%; 2023, 20.0%, muy por arriba de los que se concedía en sexenios anteriores. Por ejemplo, durante los primeros cinco años del sexenio de Peña Nieto estos fueron los aumentos al salario mínimo: 2013, 3.9%; 2014, 3.9%; 2015, 4.2%; 2016, 4.2%; 2017, 9.6%. Aumento promedio 2013 – 2017: 5.16%. 2019 – 2023: 18.68%, 13.15 puntos porcentuales más, el 262.02%.

Apegados a la teoría económica convencional, algunos economistas pronosticaron que tales aumentos al salario mínimo, los concedidos entre 2019 y 2023, ocasionarían desempleo. ¿Fue el caso? Revisemos las cifras. En 2018, antes del inicio de la 4T, la tasa de desempleo fue 3.33% de la Población Económicamente Activa, PEA, compuesta por los mayores de 15 años que buscan trabajo sin encontrarlo. En 2019, con un aumento el salario mínimo de 16.2%, fue de 3.50% de la PEA. En 2020, el año de la recesión, con un aumento al salario mínimo de 20.0%, fue de 4.43%. En 2021, el año en que comenzamos a salir de la recesión, con un aumento al salario mínimo de 15.2%, fue de 4.15% . En 2022, el año en el que salimos de la recesión, con un aumento al salario mínimo de 22.0%, fue del 3.32%. Durante el primer semestre de 2023, con un aumento al salario mínimo de 20.0%, la tasa de desempleo fue del 2.75%.

En cinco años, de 2019 a 2023, de aumentos sustanciales al salario mínimo, sólo en dos, 2019 y 2020, aumentó la tasa de desempleo, en el primero de 3.33% a 3.50% de la PEA, 0.17 puntos porcentuales, 5.11%; en el segundo, de 3.50% a 4.43%, 0.93 puntos, 26.57%, efecto, sobre todo, del Covid, de la recesión, del cierre parcial de la economía en abril y mayo de aquel año, no tanto del aumento salarial.

En lo que va del 2023 ésta ha sido la tasa de desempleo: enero, 3.0% de la PEA; febrero, 2.7%; marzo, 2.4% (mínimo histórico mensual); abril, 2.8%; mayo, 2.9%; junio, 2.7%.

¿Por qué no se cumplió lo que establece la teoría económica convencional? Porque lo que llamamos salario mínimo no es, estrictamente hablando, un salario que el gobierno imponga por arriba del salario de equilibrio, para lo cual tendría que considerar cada uno de los cientos de mercados laborales distintos que existen, y establecer un salario mínimo para cada uno. No, lo que llamamos salario mínimo es la mínima remuneración que, según la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, debe ganar un trabajador para que se cumpla lo establecido en el artículo 123 constitucional. Además, muy importante, hay que considerar la banda de fluctuación del salario. Continuará.