Arturo Damm Arnal

Más sobre el tipo de cambio

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El 24 de marzo de 2020, el tipo de cambio alcanzó su máximo histórico, 25.12 pesos por dólar. El pasado 5 de julio fue 17.00 pesos por dólar, mínimo anual, semejante al del 27 de agosto de 2015.

Entre el 24 de marzo de 2020, y el 5 de julio de 2023, el peso se apreció 8.12 pesos frente al dólar, 32.32 por ciento, siendo ésta, en la historia reciente del tipo de cambio, la mayor racha de apreciación desde que, el 1 de septiembre de 1976, el tipo de cambio pasara de 0.01250 a 0.02050 pesos por dólar, paridad cambiaria de 0.01250 (12.50 viejos pesos 1), vigente del 19 de abril de 1954 al 31 de agosto de 1976.

Entre esa paridad, 0.01250, y el máximo histórico, 25.12, se dio un aumento en el precio del dólar (por devaluación del 1 de septiembre de 1976 al 21 de diciembre de 1994, por depreciación del 22 de diciembre de 1994 al 24 de marzo de 2020 2), de 25.1075 pesos, ¡200,860.00 por ciento! Entre ese máximo histórico, 25.12, y el mínimo anual de 2023, 17.00, se dio una baja (por apreciación), de 8.12 pesos, 32.32 por ciento.

La pregunta, ya considerada en estos Pesos y Contrapesos con anterioridad, es si la apreciación del peso frente al dólar es buena o mala. Depende. Si me pagan en dólares me perjudica, porque por cada dólar que me pagan recibo menos pesos: el 1 de enero recibía 19.47 y el 5 de julio 17.00. Por el contrario, si pago en dólares me beneficia, porque por cada dólar que pago doy menos pesos: el 1 de enero daba 19.47 y el 5 de julio 17.00. El primer caso es el de los exportadores, a quienes les pagan en dólares, el segundo el de los importadores, quienes pagan en dólares. ¿Conclusión? La apreciación perjudica a exportadores y beneficia a importadores, cierto hasta cierto punto.

Tomemos en cuenta que muchos exportadores, antes de serlo, son importadores de materias primas, de maquinaria y equipo, pudiendo estar endeudados en dólares. En su calidad de importadores y/o deudores la apreciación los beneficia. Entre enero y mayo la importación de bienes intermedios (materias primas), y bienes de capital (maquinaria y equipo), sumó 85.83 por ciento de lo importado.

Otro ejemplo, el de quienes reciben remesas, que en enero, por cada dólar, recibían 19.47 pesos, y que el pasado 5 de julio recibieron solamente 17.00, a quienes, como receptores de remesas, perjudica la apreciación, pero, en su calidad de consumidores de productos importados, los beneficia. Ya vimos, en un anterior Pesos y Contrapesos, que en abril, mientras la compra de bienes nacionales creció, en términos anuales, 2.6 por ciento, la de productos importados lo hizo al 12.4. Entre enero y mayo, en términos anuales, la importación de bienes de consumo creció 13.8 por ciento.

¿Conclusión? No resulta fácil responder a la pregunta por los beneficios y perjuicio de la apreciación del peso frente al dólar. Tratándose del mismo agente económico (por ejemplo, un exportador o un receptor de remesas), la misma lo puede perjudicar en un sentido y beneficiar en el otro. El resultado final dependerá de la magnitud de cada uno, beneficio y perjuicio.

1 Téngase en cuenta que en enero de 1993 se le quitaron tres ceros al peso: todos los precios se dividieron entre mil.

2 En otro Pesos y Contrapesos explicaré la diferencia, que tiene que ver con la causa, no con el efecto, del aumento en el tipo de cambio.