Desaceleración productiva y equilibrio regional

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra<br>&nbsp;*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Arturo Vieyra *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Recientemente se publicaron datos del crecimiento económico con resultados relevantes. En primer lugar, la cifra oportuna del Producto Interno Bruto del segundo trimestre del año. La cifra cobra relevancia pues confirma el proceso de desaceleración productiva que hemos adelantado en este espacio en varias ocasiones.

El PIB del 2T24 estimado de manera preliminar registra un avance de 0.2% respecto al primer trimestre del año (serie desestacionalizada). Este resultado además de ser ligeramente menor al 0.3% del trimestre previo y ubicarse por debajo de la estimación del consenso (0.8% Encuesta Banxico), confirma la pérdida de dinamismo productivo. Lo mismo se aprecia con las cifras de crecimiento anual pues respecto al segundo trimestre del año anterior el PIB avanzó solo 1.1%, el menor avance desde el 1T21.

Si bien aún se perfilan efectos positivos por el gasto en obra pública, serán insuficientes para revertir el freno económico en este año y el siguiente. La desaceleración proviene fundamentalmente por la pérdida de dinamismo del mercado manufacturero de los Estados Unidos que genera un letargo en la dinámica de las exportaciones mexicanas, aunque también ya hay signos de menor vitalidad en el consumo y en la inversión. Según cálculos propios, la economía crecerá este año 1.8% y el siguiente 1.5%, muy por debajo de los crecimientos de los últimos dos años arriba del 3.0%.

El segundo bloque de información se refiere al crecimiento económico estatal estimado a partir del Indicador Trimestral de Actividad Económica Estatal (ITAEE) correspondiente al primer trimestre del año. Las cifras corroboran de manera más firme un cambio estructural en la estrategia económica de la actual administración tendiente a fortalecer el crecimiento económico en las zonas y/o estados de la república que tradicionalmente se habían caracterizado por presentar mayor atraso económico.

En efecto, dos regiones han sido las que menos impulso al crecimiento han mostrado en años previos a la presente administración: el sureste (Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán) y suroeste (Chiapas, Guerrero y Oaxaca), en años anteriores a la presente administración tuvieron un escaso o nulo crecimiento con tasas promedio anual de crecimiento de 0.9% y -0.22% respectivamente durante el periodo 2003-2018, mientras que el resto del país avanzó 2.4%.

Esta asimetría en el crecimiento regional se ha revertido durante la presente administración. En el periodo 2023-2019 la región sureste creció a una tasa promedio anual de 1.9% y la suroeste 1.7% mientras que el resto del país avanzó solo 0.52%. Estos resultados son todavía más acentuados cuando vemos los resultados del ITAEE del primer trimestre de este año donde el sureste y el suroeste tuvieron resultados favorables con avances anuales de 5.2% y 1.5% respectivamente, en tanto que el resto del país avanzó 1.2%.

El mayor avance del sur del país responde a la política oficial de fortalecer esa región a través de una gran cantidad de inversión pública y privada ajustando parcialmente el desequilibrio en el crecimiento regional generado en décadas anteriores. Su sustentabilidad requerirá de mantener el atractivo de la región para lograr mayor inversión una vez que culminen las megaobras que dieron un gran impulso económico.

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