Arturo Vieyra

Expansión económica limitada

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón
Arturo Vieyra
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón
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Las cifras recientes de crecimiento económico a mayo confirman el diagnóstico aquí expuesto en el sentido de que la economía mexicana habrá presentado en el primer semestre del año un proceso de expansión productiva que, desafortunadamente, no veremos continuar en la segunda parte del año.

En efecto, de acuerdo con las cifras del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE, proxy mensual del PIB) publicado por el Inegi, durante mayo la economía mexicana avanzó a una tasa 2.1% respecto a mayo del año anterior. Este avance se explica fundamentalmente por los crecimientos de la producción industrial (3.3%) y del sector agropecuario (3.7%), en tanto que el sector presentó un avance menor (1.4%).

Cabe notar que el menor dinamismo de la producción de servicios obedece a la caída anual muy acentuada de la rama de caída de -50% en servicios de apoyo a negocios, esto debido al efecto de la ley de outsourcing que disminuyó sustancialmente la actividad de esta rama, traspasando su capacidad de producción al resto de los sectores económicos. Si no se considera esta rama en el sector servicios, se tiene que el resto de los servicios muestra una dinámica muy favorable y generalizada, con un avance promedio anual de 5.8% en mayo.

Por su parte, al interior del sector industrial, la industria manufacturera ha tenido gracias al favorable desempeño exportador, un avance significativo, en mayo de 6.1% fungiendo como el principal impulsor del crecimiento económico aportando prácticamente la mitad del crecimiento durante los primeros cinco meses del año. Con ello se confirma que el mayor impulso al crecimiento proviene de la expansión de la economía de Estados Unidos.

No obstante, dos elementos que por el lado negativo es preciso mencionar. En primer lugar, es relevante y preocupante el hecho de que sectores como la minería y la construcción continúan mostrando una debilidad muy acentuada. Particularmente, el rezago en la construcción es alarmante y refleja claramente la falta de inversión en el país.

En segundo lugar, si bien la tendencia hasta ahora es positiva, además de la asimetría en el crecimiento sectorial, la economía se mantiene rezagada frente a los niveles precrisis. El registro del IGAE en mayo representó un avance de 27% respecto al mismo mes de 2020, pero su nivel actual está debajo de los valores precrisis y es 2.0% menor al máximo histórico, ocurrido en 2018.

Hacia adelante, un pronóstico conservador de avance del PIB para este año implica que la economía no avanzará en el segundo semestre. Un planteamiento que parece plausible a la luz del impacto que la alta inflación está generando sobre la capacidad de consumo de las familias. A ello hay que agregar los riesgos de recesión en Estados Unidos en el año siguiente que, implicarían de concretarse, un estancamiento económico adicional derivado de mayor debilidad en la actividad exportadora que ha sido el principal factor de expansión.

Lo logrado hasta ahora en materia decrecimiento es un resultado poco satisfactorio que requiere un replanteamiento sobre la estrategia basada en políticas públicas que incorporen mayor inversión principalmente. México presenta actualmente grandes posibilidades de expansión frente a la fractura del modelo de globalización con una posición privilegiada en América del Norte, desperdiciarla sería un error histórico.