Malas y buenas noticias del 6º informe del IPCC

ANTROPOCENO

Bernardo Bolaños&nbsp;<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Bernardo Bolaños *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Primero las malas: vamos hacia el incumplimiento de la meta fijada por el acuerdo de París de no superar 1.5ºC de aumento de temperatura, respecto a niveles preindustriales en este siglo. Es decir, nos dirigimos hacia un mundo con estaciones del año y lluvias desajustadas e intensificadas, con desplazamientos de millones de campesinos confundidos y hambrientos, así como seguridad alimentaria comprometida (la productividad agrícola disminuirá).

¿Y las buenas? No hay evidencia contundente de que hayan aumentado tornados, inundaciones o sequías meteorológicas, en la mayoría de las regiones (sí fuertes lluvias y olas de calor). Pero, sobre todo, es positivo que se haya reducido la plausibilidad del peor escenario, en el cual continuaría aumentando geométricamente el uso de combustibles fósiles. ¡Pero sigue siendo urgente descarbonizar la economía! Si en 1990 las energías fósiles constituían 81.18% en el mundo, 29 años después seguían siendo casi de la misma proporción (81.22%). Si a alguien eso le sirve de consuelo, ¡Adelante! Disfrute que podríamos estar peor.

El futuro sigue siendo oscuro: si rebasamos, como es factible, el umbral de 2ºC de calentamiento, habrá al menos seis veces más sequías extremas que en la actualidad (cuando ya hay países enfrentados a la desertificación de partes de su territorio). El agravamiento del estrés hídrico sí se prevé para México, el Mediterráneo, el Magreb, el noreste de Brasil y el sur de África (capítulo 11 del informe).

Superado ese mismo límite de 2ºC, sufriríamos lluvias extremas con 70% más de frecuencia y 14% más intensas. El nivel de los océanos aumentaría 2 metros más en 2100 y 5 metros más en 2150.

¿Quiénes son los principales países responsables? En crecimiento de emisiones, son los nuevos países industriales: China ha aumentado 326% el uso de energías fósiles desde 1990. India, 325% desde 1990.

Pero las viejas potencias fósiles tampoco cumplieron. Estados Unidos aumentó 9% su consumo energético sucio desde 1990.

Nuestro país es mencionado muchas veces en estas 4 mil páginas de informe. Entre 1980 y 2010, México ha perdido muchos de sus días y noches fríos. Han bajado las lluvias en el noroeste de México. Nuestros inviernos y primaveras serán más secos y nuestros veranos, impredecibles. No hay duda de que los incendios forestales han aumentado aquí y en el oeste de Estados Unidos y Canadá, debido al calentamiento del planeta. A nuestro país también se le vaticinan mayores tormentas de polvo y arena, dada su aridez. Las olas de calor marinas (que aumentarán en Norteamérica) van a continuar blanqueando nuestros arrecifes de coral y los de Florida. Curiosamente, si las tormentas de arena y polvo disminuirán posiblemente en el Sahara y el Sahel, es probable que aumenten en México y el sudoeste de Estados Unidos (capítulo 12). Se proyecta una disminución de 13% de las precipitaciones durante el verano en el sur de México, Centroamérica y el Caribe. ¿Le sigo?

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