Ni modo, París 2024 militarizado

ANTROPOCENO

Bernardo Bolaños<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Bernardo Bolaños*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

La Ciudad Luz se prepara para recibir los Juegos Olímpicos 2024 con una medida sin precedentes desde la 2ª Guerra Mundial: la militarización de la capital francesa. Más de 15 mil soldados serán desplegados en París para garantizar la seguridad de los eventos deportivos y de los 15 millones de visitantes. El núcleo del despliegue es un campamento militar con 4,500 de esos uniformados. Una ciudad dentro de la ciudad.

Muchos de esos soldados estuvieron desplegados en Afganistán y en Mali y ahora tienen la misión de proteger París. A menos de 30 minutos de todos los sitios olímpicos, el campamento militar se encuentra en una posición estratégica para intervenir en cualquier incidente que ocurra en la región metropolitana. Esta estrategia busca garantizar un ambiente seguro en un contexto donde la amenaza terrorista sigue latente.

Mientras tanto, en México, la militarización de la seguridad pública es motivo de gran controversia y oposición por parte de algunas organizaciones civiles y académicos, especialmente activos tras incidentes trágicos como el ocurrido el pasado sábado 13 de julio en San Luis Potosí. A las 3:00 de la madrugada, una familia que transitaba por la carretera 57 fue atacada a balazos por elementos de la Guardia Nacional. El incidente dejó a una niña de 9 años sin vida y a su hermano de 15 años herido. Al parecer, la familia fue interceptada por una unidad de la Guardia Nacional que abrió fuego contra el vehículo.

Me uno a la enfática protesta y me pregunto si este terrible suceso subraya peligros específicos de la militarización de la seguridad pública, porque hemos escuchado de tragedias similares cometidas por policías estatales.

El pasado fin de semana no sólo sucedió el terrible homicidio de la menor de 9 años. En México ocurrieron otras 214 muertes violentas, no a manos de las autoridades sino de los grupos criminales.

En Francia, el homicidio de la niña habría muy probablemente sido tratado por los medios como una bavure policière; es decir, como un terrible e inaceptable error. Ni siquiera sé cómo traducir la expresión al español. En México hacer matices es interpretado como complicidad criminal. Aquí, he escuchado voces que proponen desaparecer a la Guardia Nacional por ese incidente. Ante casos similares, los galos suelen discutir cómo recalibrar las leyes sobre el uso de las armas, no cómo borrar la gendarmería; lanzan protestas sociales, a veces muy violentas, contra la brutalidad policiaca, pero también una deliberación más detallada y útil, una deliberación que avanza, no montada en su macho. Debemos preguntarnos cómo hacer seguras las carreteras durante las noches, enfrentando un número creciente de delitos, pero minimizando los errores criminales de las fuerzas del orden. Ya pasaron las elecciones que avalaron la militarización, pero algunos seguirán congelados en su misma crítica personal de hace diez años.

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