Las armas y masacres, una disputa política

BAJO SOSPECHA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Otra historia de terror. El nuevo tiroteo que se dio la semana pasada en Uvalde, Texas, Estados Unidos.

Sin control, miles siguen perdiendo la vida

Un hombre y un niño visitaron el monumento instalado en la primaria Robb, en Uvalde, Texas, para honrar a las 21 víctimas del tiroteo del martes, ayer.
Un hombre y un niño visitaron el monumento instalado en la primaria Robb, en Uvalde, Texas, para honrar a las 21 víctimas del tiroteo del martes, ayer.Foto: AP

El martes 24 de mayo, Salvador Ramos, de 18 años, sin contar con ningún antecedente penal e integrante de una familia apreciada dentro de su comunidad, entró a la primaria Robb y disparó en contra de 19 de alumnos y dos maestras.

Nuevamente chiquitos y sus maestras pierden la vida por un tiroteo en una escuela, algo que hemos visto de forma recurrentemente en Estados Unidos.

Vidas de niñas y niños inocentes que se terminan por este acceso sin control a las armas que se tiene en Estados Unidos, mismas que se venden muy fácil, sin siquiera verificar bien el registro de quien las compra. Pero regularlas es una disputa política.

Lo que vimos el pasado martes, dos maestras asesinadas, una de ellas era Irma García, quien perdió la vida tras recibir uno de los disparos y dos días después, su esposo, Joe García, perdió la vida.

Médicamente se informó que falleció de un infarto, para sus familiares “murió de dolor”, así lo expresó John Martínez, sobrino de las víctimas. Otro de sus sobrinos, Joey Martínez, destacó en su cuenta de Twitter la acción de su tía de proteger con su cuerpo a sus alumnos.

La pareja tenía cuatro hijos. El mayor se llama Cristian y está enrolado en la Infantería de Marina; su hermano José asiste a la Universidad Estatal de Texas; Lyliana es estudiante de segundo año de secundaria; mientras que su hermana pequeña cursa el séptimo grado. Ellos son sólo cinco víctimas indirectas que dejó esa masacre.

Otra chiquita, Miah Cerrillo, de 11 años, sobrevivió a la masacre gracias a que se cubrió con sangre de uno de sus compañeros y fingió estar muerta.

La menor describió en una entrevista de televisión, que se encontraban en una clase viendo una película con dos maestras, cuando a una de ellas le llegó un mensaje de que había alguien armado al interior de la escuela, salió del salón y se encontró de frente con Ramos quien le dijo “buenas noches” y le disparó.

La pequeña describió que el atacante salió y pasó al siguiente salón donde también escuchó gritos y muchos disparos, tomó el teléfono de una de sus maestras y pidió ayuda al 911, pero por temor a que Ramos regresara, fue cuando se le ocurrió fingir estar muerta.

Para Miah fue como si hubieran pasado tres horas, aunque en realidad la masacre no duró más de una hora. Desde el martes pasado, está en estado de shock.

Éstas son las historias que una y otra vez se repiten en un país donde no existe voluntad política para legislar en el tema, que es la portación de armas en Estados Unidos.

Es más fácil que un menor de 18 años de edad compre un artefacto de ese tipo en el país vecino a que pueda conseguir una bebida alcohólica o cigarros.

De acuerdo con Gun Violence Archive, en lo que va de este año han ocurrido 213 tiroteos masivos en ese país y han muerto más de 17 mil personas relacionadas con las armas.

Mientras algunos políticos, principalmente demócratas, hablan de regular la venta de armas y poner mayores restricciones, la mayoría de los republicanos aseguran que es un derecho de los norteamericanos de tener armas para defenderse.

Sin importar el dolor de los familiares del tiroteo en Uvalde, la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) realizó el viernes su reunión anual en Houston. Pese a las críticas, en su cuenta de Twitter, ésta calificó la tragedia como un “acto de un criminal solitario perturbado”.

Su orador principal fue el expresidente Donald Trump, quien rechazó controles más estrictos para acceder a las armas de fuego y dijo que los ciudadanos decentes deben poder armarse para defenderse del “mal”.

En Estados Unidos, tan sólo en lo que va del año han muerto más de 17 mil 200 personas por arma de fuego.

Los tiroteos masivos en Estados Unidos aumentan año con año. En el 2021 hubo 693, en lo que va de este 2022, ha habido 212 tiroteos masivos. Pero parece que para quienes están en favor de las armas, las muertes de niños no importa.

Por ejemplo, el senador republicano por Texas, Ted Cruz, coincide con Donald Trump: “No debemos reaccionar ante el mal y la tragedia abandonando la Constitución o infringiendo los derechos de nuestros ciudadanos que cumplen con la ley”.

Por su parte, el gobernador de Texas, Greg Abbott, canceló su participación presencial en la convención y la cambió por un mensaje grabado, donde aseguró que la opinión pública se equivoca al considerar que legislar para exigir la verificación de antecedentes penales de los compradores es la solución contra los tiroteos, para él, es más importante concentrarse en los problemas mentales de los agresores.

Contrario a lo que dice Abbott, por supuesto que debe de haber un control de esas armas.

Por ejemplo, en México se disparó la violencia cuando el Presidente George W. Bush eliminó ciertos controles a la venta de armas y los cárteles de la droga en México se beneficiaron de ello. Hoy tienen armamento muy sofisticado enviado desde Estados Unidos.

Durante un discurso a la nación, el presidente Joe Biden mencionó que “este tipo de tiroteos masivos rara vez ocurren en otras partes del mundo” y se cuestionó cuándo el país confrontará al lobby de armas, en referencia a la NRA.

La retórica siempre está presente como en abril de 1999, en la masacre de la preparatoria de Columbine cuando 15 estudiantes y maestros fueron asesinados y el entonces presidente Bill Clinton lamentó lo ocurrido, pero hasta ahí quedó el discurso.

Para abril del 2007, en una escuela de Virginia hubo una nueva masacre con un saldo de 33 muertos, el inquilino de la Casa Blanca en ese momento era George W. Bush, quien también lamentó lo ocurrido, pero dos años antes, había dado protección al lobby de las armas al promulgar la Ley de Protección del Comercio Legal de Armas.

Además de estas terribles masacres, estas armas estadounidenses han matado a miles de personas en México.

El Gobierno de México interpuso ante los tribunales estadounidenses una demanda contra 10 empresas de armas.

Con la acción legal, presentada en un tribunal federal de Massachusetts, es la primera vez que un gobierno nacional demanda a los fabricantes en Estados Unidos, dijeron las autoridades. La demanda acusa a las empresas de facilitar activamente el flujo de estos artefactos hacia los poderosos cárteles de la droga y de alimentar un tráfico en el que el 70 por ciento de las armas rastreadas en México proviene de Estados Unidos.

El debate no terminará nunca, porque el tema de las armas ya se ha convertido en una disputa política, mientras unos aseguran que se debe de regular la compra y portación de éstas, otros dicen que es violatorio a los derechos humanos no poder acceder libremente a una.

Mientras tanto, miles de inocentes mueren al año por estas armas, como los niños de la escuela en Texas o aquellos asesinados por los grupos criminales en México. Y estos artefactos, en su mayoría, vienen de EU.